En un mes se cumplirán ocho años de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, los familiares de los normalistas y el pueblo de México seguimos a la espera de verdad y justicia.
El pasado 18 de agosto la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia dio a conocer un Informe donde se concluye que los hechos ocurridos la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 constituyeron un crimen de Estado, en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano.
La Comisión resalta un hecho que ya era de dominio púbico, pese a no ser la versión oficial, que las “autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes, existiendo elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos”. Es muy claro, Fue el Estado.
La responsabilidad del Estado sobre los indignantes hechos de la noche de Iguala es también por la fabricación de la denominada “Verdad Histórica”, que resultó ser “una acción concertada… que ocultó la verdad de los hechos, alteró las escenas del crimen, ocultó los vínculos de autoridades con el grupo delictivo y la participación de agentes del Estado, fuerzas de seguridad y autoridades responsables de la procuración de justicia en la desaparición de los estudiantes, lo cual derivó en el entorpecimiento de los procesos de búsqueda y de las investigaciones”.
La Mentira Histórica es solo el reflejo de la enorme corrupción política y moral que existía en nuestro país, demuestra la corrosión del tejido institucional provocado por la utilización facciosa de cuerpos de seguridad pública, las fuerzas armadas y la función pública.
Sin embargo, el informe de la Comisión es una muestra, un signo de que las cosas están cambiando en el país. No se encubrirá a nadie, y por ello estamos en camino de que pronto llegará la tan anhelada justicia para los familiares y la exigencia social.
Los ocho años de lucha por los 43 de Ayotzinapa, demuestra que la participación popular en las calles, la amplia y masiva exigencia de justicia es la clave fundamental para que las víctimas tengan acceso a justicia. Sin demeritar la labor de la Comisión, el derrumbe de la supuesta Vedad Histórica, se debe en gran medida al dolor y movilización del pueblo contra uno de los crímenes de Estado más atroces de las últimas décadas.
Reitero, la justicia debe llegar y llegará a los padres y madres de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, quienes rechazaron desde un primer momento la mal llamada “verdad histórica”, y debe llegar porque el esclarecimiento de los hechos es vital para la vida democrática del país, no puede haber democracia ni transformación posible sin acceso a la verdad y justicia.
Hacer justicia para los 43 estudiantes es un punto de partida para esclarecer y hacer justicia de otras víctimas: las muertas de Juárez, los migrantes de San Fernando, Acteal, Aguas Blancas, la guerra sucia y muchas más víctimas. Seguiremos luchando por Verdad y Justicia, cuentan con mi voz y la de miles de compatriotas: ¡POR QUE VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!