/ miércoles 10 de julio de 2024

Omar García Harfuch: de los abrazos, no balazos a una política criminal basada en la inteligencia 

El panorama de la seguridad pública en México experimentará una transformación significativa con la llegada de un nuevo secretario de seguridad pública, Omar García Harfuch, un policía de carrera con una formación sólida y una vasta experiencia en inteligencia criminal.

García Harfuch (Cuernavaca, Morelos, 1982) es hijo del General Javier García Paniagua, ex titular de la Dirección Federal de Seguridad y exdirigente nacional del PRI, y de la actriz María Sorté.

Harfuch trae consigo un enfoque basado en la inteligencia criminal, pasando de los abrazos y no balazos a una política de mano eficiente en lugar de mano dura, como lo ha señalado, en el mismo tono que la narrativa de la Dra. Sheinbaum, próxima presidenta de México.

Esta reorganización pone en relieve y al centro de la propuesta de la política criminal el Centro Nacional de Inteligencia (antes CISEN) y subraya el papel crucial de la inteligencia en la lucha contra el crimen.

Omar Harfuch, formado en la desaparecida Policía Federal, cuenta con capacitaciones en Estados Unidos por la FBI y la DEA, lo que le da una visión hacia un modelo basado en la inteligencia y la investigación, en lugar de la mera represión, lo que promete una nueva era en la lucha contra el crimen organizado en México en coordinación con las autoridades de Estados Unidos quienes tienen la urgencia de seguridad nacional de revertir las muertes por el fentanilo, droga sintética suministrada a ese país en gran medida por los grupos del crimen organizado en México.

El próximo nombramiento del nuevo secretario de seguridad pública en México, Omar García Harfuch, llega en un momento crítico. El país enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, marcada por el control territorial de grupos del crimen organizado, desapariciones forzadas, cobro de derecho de piso, extorsión y una violencia letal en sus máximos históricos. El principal reto de Harfuch será desmantelar estos grupos e incidir en la reducción de esos delitos que se han convertido en un lastre no sólo económico sino social en varias regiones de México.

Cabe resaltar que el próximo secretario de seguridad conoce muy de cerca la problemática de Michoacán, ya que estuvo como comisionado de la extinta gendarmería en el año 2014 haciendo sinergia con la comisión para la seguridad y el desarrollo integral de Michoacán encabezada por Alfredo Castillo, logrando algunos resultados en seguridad en cuanto a los duros golpes a los grupos del crimen organizado, consiguiendo el “debilitamiento” de la auto denominada Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, sin embargo el tratamiento a las autodefensas continúa siendo un asunto que dejó más dudas y saldos pendientes en Michoacán, por decirlo de alguna manera.

El camino por delante no será fácil. La complejidad del crimen organizado en México, la corrupción en diversas instituciones y la desconfianza pública son barreras significativas que Harfuch deberá superar. Sin embargo, su perfil técnico y su experiencia operativa lo colocan en una posición ventajosa para enfrentar estos desafíos.

Especialista en Seguridad Ciudadana con perspectiva de género y tipologías preventivas.

El panorama de la seguridad pública en México experimentará una transformación significativa con la llegada de un nuevo secretario de seguridad pública, Omar García Harfuch, un policía de carrera con una formación sólida y una vasta experiencia en inteligencia criminal.

García Harfuch (Cuernavaca, Morelos, 1982) es hijo del General Javier García Paniagua, ex titular de la Dirección Federal de Seguridad y exdirigente nacional del PRI, y de la actriz María Sorté.

Harfuch trae consigo un enfoque basado en la inteligencia criminal, pasando de los abrazos y no balazos a una política de mano eficiente en lugar de mano dura, como lo ha señalado, en el mismo tono que la narrativa de la Dra. Sheinbaum, próxima presidenta de México.

Esta reorganización pone en relieve y al centro de la propuesta de la política criminal el Centro Nacional de Inteligencia (antes CISEN) y subraya el papel crucial de la inteligencia en la lucha contra el crimen.

Omar Harfuch, formado en la desaparecida Policía Federal, cuenta con capacitaciones en Estados Unidos por la FBI y la DEA, lo que le da una visión hacia un modelo basado en la inteligencia y la investigación, en lugar de la mera represión, lo que promete una nueva era en la lucha contra el crimen organizado en México en coordinación con las autoridades de Estados Unidos quienes tienen la urgencia de seguridad nacional de revertir las muertes por el fentanilo, droga sintética suministrada a ese país en gran medida por los grupos del crimen organizado en México.

El próximo nombramiento del nuevo secretario de seguridad pública en México, Omar García Harfuch, llega en un momento crítico. El país enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes, marcada por el control territorial de grupos del crimen organizado, desapariciones forzadas, cobro de derecho de piso, extorsión y una violencia letal en sus máximos históricos. El principal reto de Harfuch será desmantelar estos grupos e incidir en la reducción de esos delitos que se han convertido en un lastre no sólo económico sino social en varias regiones de México.

Cabe resaltar que el próximo secretario de seguridad conoce muy de cerca la problemática de Michoacán, ya que estuvo como comisionado de la extinta gendarmería en el año 2014 haciendo sinergia con la comisión para la seguridad y el desarrollo integral de Michoacán encabezada por Alfredo Castillo, logrando algunos resultados en seguridad en cuanto a los duros golpes a los grupos del crimen organizado, consiguiendo el “debilitamiento” de la auto denominada Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, sin embargo el tratamiento a las autodefensas continúa siendo un asunto que dejó más dudas y saldos pendientes en Michoacán, por decirlo de alguna manera.

El camino por delante no será fácil. La complejidad del crimen organizado en México, la corrupción en diversas instituciones y la desconfianza pública son barreras significativas que Harfuch deberá superar. Sin embargo, su perfil técnico y su experiencia operativa lo colocan en una posición ventajosa para enfrentar estos desafíos.

Especialista en Seguridad Ciudadana con perspectiva de género y tipologías preventivas.