A los once, relato de una amistad

El corto explora el día a día en la vida de un par de adolescentes y relata cómo las afinidades electivas son el caldo de cultivo para la amistad

Josafat Pérez | El Sol de Morelia

  · sábado 31 de octubre de 2020

Foto: Cortesía | FICM

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Exploración del día a día en la vida de un par de adolescentes –Isa y Zoe–, relato de cómo las afinidades electivas son el caldo de cultivo para la amistad, A los once (2020) apuesta por el uso de diversos recursos narrativos para dar voz a sus personajes.

Entrevistada por El Sol de Morelia, Carolina Admirable García, directora del corto documental que participa en el XVIII Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), explicó que su trabajo surgió gracias a un seminario de “Ambulante más allá” y de principio planteó centrarse en el proceso de la menstruación, pero conforme fue compenetrándose con Isa se dio cuenta que “la película necesitaba tener otra niña para contar la historia”, ahí entra Zoe.

“Es muy importante la amistad, estuvimos conociéndonos 6 meses y las seguimos a sus actividades diarias (escuela, volibol, aikido). Ahí me di cuenta de la voz que tienen Isa y Zoe hoy en día, yo a esa edad no tenía tanta conciencia política ni sabía que estaba pasando con mi cuerpo”, explicó en referencia a la participación de las chicas en la marcha feminista llevada a cabo el 8 de marzo en Puebla.

Al interactuar con las jovencitas, la directora advierte que sus formas de interacción virtual pueden explotarse dentro del documental, razón por la que decide utilizar el video-diario como un recurso “para que no se sintieran invadidas en su privacidad”.

Entre dicho recurso y el seguimiento de la cotidianidad de sus personajes, la historia toca dos momentos claves que pueden ser leídos como ritos de paso: la muerte del cuyo de Zoe y el primer periodo menstrual de Isa.

Carolina Admirable comentó que para poder utilizar ambos eventos en la película, tuvieron que pedir permiso a las chicas y a sus familias, explicándoles que podían darle más fuerza dramática, profundidad y coherencia a la historia.

Por su parte, el editor Aldo Ter-veen Calderón dijo que “fue complicado dar con la historia porque, al principio, no teníamos un conflicto muy marcado”. Explicó que por la complejidad de abordar el feminismo a partir de dos adolescentes, corrían el riesgo de darle más peso a sus propias ideas sobre el tema, que a lo contado por Isa y Zoe.

“Nos costó mucho –y era algo que nos respiraba en la espalda–, pues alguien nos advirtió que tuviéramos cuidado en no hacerla muy propagandística, por ello nos decidimos a contar una historia realmente de las niñas, conociendo y disfrutando el día a día de su amistad”, advirtió.