Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Historia de una crisis personal experimentada por Camilo, interpretado por Daniel Bolaños, Agua explora también las “contradicciones de la sociedad contemporánea” teniendo a Xochimilco como escenario para su desarrollo.
En entrevista para El Sol de Morelia, Santiago Zermeño, director del cortometraje grabado en 16 milímetros que compite en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), dijo que la elección de Xochimilco como locación fue fundamental para definir los hilos de la trama y sacarle más jugo a los contrastes que de por sí ofrece la zona y sus dinámicas cotidianas.
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“No sabía muy bien qué historia contar, fui creando al personaje y conforme iba yendo a conocer los espacios, también iba viendo posibilidades y reescribiendo la historia que está en el cortometraje”, explicó.
Partiendo de “un lugar muy rico, pero conflictivo”, Zermeño comentó que le interesaba contar la historia del personaje “en medio de una crisis personal”, sin evadir el paisaje sonoro que brinda la demarcación surcada por canales y trajineras, pero tampoco siendo demasiado explícito en la representación del entorno.
“Uno de los principios era que la cámara estuviera siempre muy cerca de Camilo, para ponerlo casi como en una primera persona… decidí que no iba a ver primeros planos de objetos que funcionaran como insertos y tampoco hay muchos planos generales”, dijo luego de advertir que sus principios, formales y de escritura, buscaron ser “posturas frente a la representación”.
Entre los retos que debió librar para concluir su trabajo escolar de cuarto año en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), fue filmar literalmente sobre agua y acotar su plan de rodaje a pocos días, debido a la limitación de latas de 16 mm y la cantidad de locaciones que en principio había proyectado para trabajar.
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A pregunta expresa sobre el título del corto, explicó que lo motivó la idea de encontrar la analogía entre hombre e isla, en tanto dicha insularidad se mueve dentro del agua.
“El espacio en el que nos movemos es el agua… es una metáfora del espacio social, pues estamos determinados y vivimos inmersos en un contexto que es nuestra familia, nuestras relaciones personales y nuestra sexualidad”, dijo al reconocer que optó por dejar su historia con un final abierto.