Morelia, Michoacán.- La localidad de Tócuaro, ubicada en el municipio de Erongarícuaro, celebrará la trigésima séptima edición del Concurso Artesanal Textil de Algodón, Madera y Máscara.
Será el próximo 31 de enero cuando esta comunidad, característica por sus máscaras de diablo elaboradas con madera de copalillo, cedro rojo y aguacate, realizará su tradicional fiesta en la que participarán 69 artesanos.
Este mismo día, se llevará a cabo el registro de las artesanías en punto de las 10:00 horas para, posteriormente, ser evaluadas por un jurado especializado que valorará el diseño y la calidad y, finalmente, dar a conocer a los ganadores de las categorías de textil y madera en una ceremonia de premiación.
La competencia tendrá una bolsa de premios de 40 mil pesos divididos, indicó el director del Instituto del Artesano Michoacano (IAM), Castor Estrada Robles.
La directora de Cultura y Turismo de Erongarícuaro, Karla Sarahí Horta Gallegos, señaló que también habrá espacios para la exhibición de las artesanías con un corredor cultural donde 50 artesanos expondrán sus piezas.
Respecto a la elaboración de estas artesanías, la directora puntualizó que, ante la falta de árboles de copalillo en la región, los habitantes han tenido que recurrir a otro tipo de madera como el aguacate, esto, argumentó, para "continuar cuidando el medio ambiente".
Por su parte, el artesano Enemorio Anciola Hernández, quien se especializa en la técnica de madera, mencionó que se ha tenido que recurrir al aguacate derivado de que, por el cambio climático, la madera de copalillo tarda mucho "en dar buen espesor".
Agregó que ante esta situación el 30 por ciento de los artesanos recurren a la que proviene del cedro rojo, característico de Oaxaca y Chiapas; así como de la parota, que crece en Guerrero.
El creador afirmó que una máscara se puede encontrar desde los dos mil hasta los 20 mil pesos, dependiendo de la calidad y el material utilizado.
La fiesta de Tócuaro culminará el próximo dos de febrero cuando los habitantes realicen su tradicional peregrinación en la que participarán los bailarines de la Danza de los Diablitos, una pastorela que representa el bien y el mal vista desde la cosmogonía purépecha.