Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- En una entrevista con el diario argentino La Capital, el actor escénico Héctor Ansaldi se refería así a la diferencia entre los espectáculos realizados para la televisión y el teatro en su máxima expresión:
La magia del teatro es lo vivo, por eso persiste a través del tiempo. Ahí no sólo se puede ver, sino también oler y tocar. En la tele se utilizan luces frías y en el teatro, luces cálidas, así que estamos resolviendo eso con los recursos que uno tiene
Sin embargo, la referida magia escénica está por ahora cancelada en prácticamente todo el mundo luego de las severas restricciones que hay que seguir para evitar la propagación del coronavirus.
En Morelia, los foros teatrales permanecen cerrados y las compañías tuvieron que hacer una pausa obligada, es por ello que como medida temporal se ha optado por compartir ciertas funciones en Internet.
Obras financiadas desde las instituciones como Femininjas y Quijote sin Panza se encuentran en línea para su disfrute desde un ordenador, mientras que en el terreno privado, el grupo La Mueca realizó un vídeo especial para promover la puesta en escena Animales de Leyenda.
¿Pero vale la pena ver el teatro desde una pantalla? ¿No se pierde su principal esencia, la de ver actores en vivo? Para tener un balance al respecto, tres integrantes de las artes escénicas en el estado, quienes permanentemente presentan trabajos tanto en la capital como en otras regiones opinaron al respecto.
Sandra Rangel, dramaturga, actriz y productora, sostiene que la idea de subir obras completas a la red es una herramienta válida, comprensible en medio de la crisis en la que estamos, pero reconoce que en general las productoras no se han enfocado en hacer un registro en vídeo profesional, con una acertada dirección de cámaras que permita apreciar una función en la pantalla.
Si ves una obra con cámara fija, lo más seguro es que te vayas a aburrir. Pero si hay una edición profesional, eso ayuda a la historia y puede mantener la atención de los espectadores, que suelen ser muy distraídos en Internet. Eso nos falta, aprender a registrar nuestras obras para contingencias como ésta y para promoverlas en lo cotidiano, para acercar a la gente a nuestras historias
Televisar una obra de teatro no es nuevo, acepta Rangel, quien coincidió en que la naturaleza de esta rama artística es tener al público en el foro.
“Lo ideal es que la gente vaya al teatro, aunque también existe la otra ruta, la del teatro que va a la escuela, a la calle, a la plaza pública e incluso a las casas. Pero, sin duda, la mejor experiencia es ir a un lugar acondicionado para ser teatro, con su iluminación, su acústica, al igual que pasa con el cine, pues no es lo mismo una sala con pantalla grande que ver películas en tu cuarto”.
Lenina Cuiriz, actriz, productora e integrante de Parasubidas Teatro, subrayó que todo esfuerzo pensado y diseñado para acercar las actividades artísticas a los ciudadanos vale la pena, pues “es verdad que la experiencia del teatro jamás será la misma si se vive a través de la pantalla, simplemente porque no está pensado de esa manera, no es ese nuestro lenguaje, pero creo que de alguna manera nos mantiene presentes y en el imaginario de la gente”.
Añadió que en este tiempo de pausa los creadores, gestores, programadores, productores e instituciones tendrán que diseñar estrategias que inviten al potencial espectador a asistir a las salas.
Ésta puede ser una, pero también la de trasmitir cápsulas de manera regular sobre los foros, las compañías, las obras en repertorio
Por su parte, el profesor y actor Said Soberanes dijo que hay que explorar todas las herramientas para generar vínculos con la sociedad en esta pausa.
“No podemos condenar ninguna práctica, en estos momentos debemos suplir la presencia física con la simultaneidad, y a partir de ello saber si la herramienta logra efectos significativos. Creo que esto abre posibilidades creativas, no miradas con anterioridad; en términos artísticos es un reto muy interesante, pero claro, no podemos pensar que es el único”.