Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En concordancia con las medidas de distanciamiento impuestas por la contingencia sanitaria, el Festival de Música de Morelia (FMM), el Festival de Guitarra y el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) podrían adaptar sus presentaciones en espacios públicos de la capital.
Así lo señaló Claudio Méndez Fernández, titular de la Secretaría de Cultura del estado (Secum), quien –tras reunirse directivos de los festivales– dijo en entrevista colectiva que la alternativa para no suspender dichos eventos es “apropiarse de los espacios abiertos”.
“Yo creo que va a ser un tema híbrido, tanto el de cine como los de música se pueden dar en espacios abiertos. Obviamente con limitantes en el aforo y en las salas de proyección”, precisó.
Sin ocultar que las condiciones adversas pueden propiciar que “algunos festivales no resistan”, debido al incremento de gastos por implementación de protocolos sanitarios, Méndez Fernández destacó que la capital cuenta con plazas públicas, el Centro Cultural Calvijero (CCC) y el claustro mayor de la Casa de la Cultura, así como el Ex Colegio Jesuita en Pátzcuaro, para tener extensiones de los festivales al aire libre sin ningún problema.
"Hay que apostar porque no se interrumpan las ediciones de los festivales. Invito a la gente, de manera respetuosa, a que nos apropiemos de los espacios públicos a través de la cultura”, dijo al subrayar que la alternativa es “generar un espacio de cultura y de diálogo dentro de los espacios”.
A pregunta expresa, declaró que la inversión estatal para el FICM será de un millón de pesos, en tanto para el Festival Internacional de Órgano ascendió a 350 mil pesos y el Festival de Guitarra es apoyado con 250 mil pesos, así como 180 mil pesos para el Jazztival. Sin revelar el monto con que contará el FMM este año, el titular de la Secum señaló que en ediciones anteriores ha contado con un millón de pesos de inversión estatal.
Cabe señalar que por su naturaleza, el Festival Internacional de Órgano no podría adaptarse de manera tan sencilla a un espacio abierto, sino –como lo asumió la directiva del Jazztival– llevar sus presentaciones a las plataformas digitales o, en dado caso, plantear una logística de distanciamiento al interior de los recintos religiosos donde se llevan a cabo los conciertos.