Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Una de las máximas referencias en cuanto a cine mexicano de autor es Arturo Ripstein, quien en mancuerna con su esposa, la guionista Paz Alicia Garcíadiego, ha retratado una serie de personajes inolvidables. La tarde de este lunes arribaron a la capital michoacana para presentar “El diablo entre las piernas”, largometraje estrenado en el Festival de Cine de Toronto y que ahora tendrá su primera proyección en México gracias a la invitación del Festival Internacional de Cine de Morelia.
El rol estelar corre a cargo de Silvia Pasquel, que junto a Alejandro Suárez nos cuentan por qué el sexo sí puede ser fundamental para las personas que han llegado a la vejez. Cuestionada por El Sol de Morelia acerca de cómo fue trabajar con Ripstein, Pasquel reconoció el nervio natural del estreno en México: “Estoy muy orgullosa que tanto Paz como Arturo hayan pensado en mí para esta película, estoy segura que tendremos muy buenos comentarios porque es un papel difícil, con muchas aristas”. El comentario fue respaldado por la guionista, quien dijo que el personaje fue escrito pensando en que Pasquel lo interpretara, “fue para ella, se lo escribí a ella. Es un tema del que casi no se habla, es la sexualidad en la vejez: un tabú, se toma a risa, o con ternura, pero acá decidimos tomar los toros por los cuernos, así que tenemos una película fuerte, rara y fantástica”.
En “El Diablo entre las Piernas” no hay una Ciudad de México como ese retrato que tantas veces ha filmado Risptein. Todo sucede en una habitación y solo hay algunas locaciones en la colonia Santa María de la Ribera Acerca de la experiencia que le deja trabajar con este maestro del cine mexicano, Pasquel subrayó: “Todo mundo dice que Arturo es gruñón, pero si cumples, llegas a tiempo y sabes cómo interpretar tu papel, no tienes ningún problema. Él ha sido muy paternal conmigo, porque repito, es un papel muy complicado, que solo iba a salir bien si lo dirigía Ripstein”.
Garcíadiego nos relató que escribir el guion no le llevó tanto tiempo, pero que a decir verdad, jamás pensó que se realizaría: “Se lo mostré a Arturo como le hubiera mostrado un vestido nuevo que no se me ve bien, pero le encantó y se propuso hacerlo realidad”.
Por su parte, también a pregunta de este diario, Arturo Ripstein secundó a su esposa al decir que el guion no fue hecho con el propósito primario de rodarse. “Lo hizo más por ese amor al arte que tenemos, pero cuando lo leí supe que aunque era una película muy compleja, teníamos que sacarla a la luz. Llegamos con Mónica Lozano (productora) para preguntarle si le interesaba y dijo que sí, por lo que de ahí para adelante todo fue sobre ruedas”. Cuestionado sobre cómo fue dirigir a Silvia Pasquel, el realizador no duda en llenarla de elogios: “Silvia es una extraordinaria actriz, trabajar con ella es trabajar con lo máximo que tenemos en el talento actoral”.
La presencia de Ripstein fue aprovechada para que develara una butaca en Cinépolis Centro, por lo que de ahora en adelante podríamos tener la suerte de ir al cine con esas letras en nuestro respaldo.