“Casa de Zalce no debería ser oficina”: Juan Vázquez

El artista plástico señaló que la voluntad de Zalce siempre fue que el lugar conservara su vocación de taller

Josafat Pérez | El Sol de Morelia

  · jueves 11 de junio de 2020

Foto: Archivo

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- A pesar de ser publicitada como centro cultural y espacio para talleres, la casa-taller de Alfredo Zalce no ha dejado de ser oficina o “casa de burócratas”, lo cual contraviene los propósitos que el maestro michoacano imaginó para el inmueble.

Lo anterior fue expresado en entrevista para El Sol de Morelia por Juan Vázquez Salazar, artista plástico moreliano, quien señaló que la voluntad de Zalce siempre fue que el lugar conservara su vocación de taller.

“Él nunca hubiera querido que su casa fuera oficina, era taller… él quería que fueran talleres de gráfica, escultura y pintura, así como eventos culturales. Pero llegas tú y ves las puertas cerradas, tienes que tocar para que te abra el policía. La verdad sí te da cierta tristeza o acaso ¿el maestro querría que su vivienda fuese casa de burócratas?”, dijo luego de señalar la poca actividad que ha tenido el inmueble desde que fuera adquirido por el Gobierno del estado en el año 2008.

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En ese tenor, también advirtió que la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) “ha perdido el rumbo” en tanto “cada vez es más difícil que te den una sala para exponer y cuando lo hacen, dicen que no tienen ni siquiera gente para cuidar la sala”, dijo al lamentar “que todo el dinero para cultura se vaya en burocracia”.

Por otro lado, Vázquez Salazar comentó que el Jardín del arte las Rosas –exposición en la que participa cada fin de semana–, ha sido afectado por la obligatoriedad del confinamiento.

Esperemos que ahora sí ya liberen las plazas, pero no estamos seguros porque aún es delicado el problema. Ojalá el siguiente mes, porque se nos fue el aniversario de Morelia en mayo y esperemos que se componga

Pese a señalar que el trabajo en grupo puede ser difícil para los pintores y artistas plásticos en general –acostumbrados a la soledad del estudio–, reconoció que el grupo con el que expone semanalmente y el espacio público donde lo hacen, lo han enriquecido con el ambiente, los comentarios y la camaradería.

Respecto a la labor del magisterio en el arte, dijo que “aprendemos de lo que vemos y de quién estar cerca” en tanto ese constituye “una motivación menos que una influencia”. También aseguró que la formación académica y la constancia son la vía indicada para “crear tu propio lenguaje”.

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