Zamora, Michoacán.-El municipio de Jacona cuenta con varias reservas naturales: la presa de Verduzco, El Opeño, el manantial El Bosque y el cerro del Curutarán. La última reserva está llena de enigmas y por eso hoy te contaremos las leyendas que gira alrededor del cerro.
El cerro del Curutarán tiene un nombre purépecha y significa “Punta donde se juntan los dioses a jugar pelota”. Está montaña está situada al oriente de la ciudad y a sus faldas se ubica El Opeño, el cementerio más antiguo de Michoacán.
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A unos metros más adelante se encuentran las presa de Verduzco o presa de La Luz, desde donde se aprecia la imponente colina, que ha sido estudiada por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y por investigadores del Colegio de Michoacán (Colmich).
Los estudiosos han encontrado vestigios y vasijas que datan de miles de años atrás y que fueron de alguna civilización que vivió por esa zona. El cerro está rodeado de agua, por tanto indica que pobladores purépechas o de otra cultura ahí se establecieron e incluso enterraron a sus integrantes en el cementerio mencionado.
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Leyendas del cerro de Curutarán
Los habitantes de Jacona han comentado que por dentro del cerro se encuentra una cueva que lleva a un río y ahí se encuentra un tesoro perdido. Esta hipótesis ha sido razón por la que varias personas se han atrevido a explorar la montaña, pero sin conseguir buenos resultados.
Otra leyenda describe que dentro de la elevación terrestre está una pirámide, pero con el paso del tiempo se cubrió de tierra, rocas y árboles. Para los lugareños, la pirámide es una señal de una ciudad perdida, que sólo se puede descubrir si se logra atravesar el cerro de los dioses.