Cine en 3D, una apuesta a medias entre realizadores en México

Héctor Daniel Pérez, maestro de la Udem, afirmó que en México no se realiza este tipo de cine por su alto costo y porque no hay la certeza de que un público lo vea

Gabriela Serralde | El Sol de Morelia

  · sábado 4 de diciembre de 2021

Foto: Fernando Maldonado | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El 3D es el “extra queso” del cine. Al menos así lo afirma, entre risas, el maestro en narrativa cinematográfica y guionismo en la Universidad de Morelia (Udem), Héctor Daniel Pérez Aguilera, pues a pesar de que es la misma película, se agrega un valor de entretenimiento o experiencia a través de la estereoscopía.

A propósito del Día Internacional del Cine en 3D, que se conmemora cada 3 de diciembre, este medio entrevistó también al michoacano y productor de Huevocartoon, Nacho Casares, quién se dedica al cine en 3D en animación. El moreliano aseguró que, aunque hace dos o tres años hubo un boom en este ámbito, se está acabando, ya que cada vez es más difícil sustentarlo a falta de financiamiento.

Héctor Daniel Pérez refirió que el 3D es un intento técnico por replicar la estereovisión natural para lograr ver una imagen tridimensional a través de lentes especiales y sentir que lo que se proyecta está sobre nosotros.

Para el docente, algo maravilloso en la historia del cine es que casi todo lo que se emplea actualmente se hizo hace miles de años, con ciertos grados de inmersión, que en la actualidad puede traducirse a cómo se dispone de la tecnología para que el público se sumerja en la ficción.

Sin embargo, indicó que el cine en 3D ha tenido diversos booms y olas, conforme las herramientas tecnológicas han avanzado, pues este formato tiene un comportamiento extraño con el público y no ha logrado quedarse.

Esto sucede debido a que la gente no está totalmente acostumbrada al apreciarlo y también porque es muy costoso hacerlo y como usuario comprarlo. Otro motivo es porque los ojos de cada individuo son distintos y unificar la estereocopia para un gran público sería un gran problema.

“La inconsistencia del Cine en 3D tiene que ver con que no hemos encontrado la tecnología correcta para que todo el mundo lo disfrute y eso acorta al público”, explicó. Prueba de ello es que los lentes que se usan muchas veces causan dolor de cabeza, mareos o náuseas.

En ese sentido, las gafas anaglíficas, esos lentes de carton de color rojo y azul que se convirieron en un ícono del séptimo arte, resultaron un boom comercial, principalmente por su barato costo.

El maestro de la Udem afirmó que en México no se realiza este tipo de cine por su alto costo y no hay la certeza de que un público lo vea. Desde su perspectiva, este formato está muy aclichado para ver películas palomeras y al promedio de cineastas mexicanos no les interesa tanto y se van por el lado del arte y no por la industria.

Sin embargo, destacó que le apostaría más a los largometrajes de animación en 3D, como lo que realiza Ánima Estudios o Huevocartoon.

Añadió que a nivel institucional le emociona mucho que existan carreras que interactúen con este tipo de herramientas y en el futuro todos los estudiantes que egresan van a crear películas que no necesiten de una inversión grande y encontrarán la forma de democratizar las historias, los efectos y la espectacularidad.


Animación en 3D está muriendo: Nacho Casares

Este tipo de técnica tiene el objetivo de girar y mover los objetos en un espacio tridimensional, a través de un software que permita modelar y escuplir de manera digital, creando personajes más detallados.

El cine de animación en 3D se consolidó en Estados Unidos en los años noventa con Toy Story, de Pixar, y a partir de ahí diversas compañías han creado distintas obras que conllevan un proceso largo, además de un importante financiamiento.

Nacho Casares, catalogado por muchos como el mejor productor de cine de animación en México, indicó que en los últimos diez años, en el país se ha mejorado en tres sentidos para la producción de cine de animación en 3D, como la creación de nuevas escuelas, el acceso a la tecnología y las ganas de hacer cosas, pero cada vez es más difícil crear ante falta de recursos y está muriendo”.

Héctor Daniel Pérez Aguilera afirmó que el bastión de Nacho Casares “está padre, es una trinchera de animación mexicana que le hace frente a estas grandes producciones, está a contracorriente