Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La galería independiente Conejo Blanco, entra al 2022 con proyectos como el espacio de venta PopUp Store, que es "un formato de tienda temporal, en donde cada mes un artista viene a vender obra y mercancía; también hay intención de que haya charlas y actividades breves de cada uno", mencionó en entrevista la ilustradora y galerista Evelia Mora, mejor conocida como Candyman.
Lo anterior es necesario para galerías como Conejo Blanco, pues a decir de Candyman, “es de encontrar de nuevo público, porque sí puedo notar que en estos dos años de pandemia se ha reducido mucho, antes había una audiencia más amplia en las exposiciones”.
No obstante, no todo fue negativo con los cambios generados por la pandemia, pues el cierre parcial de la galería y su reactivación posterior, en la que ya no hay posibilidades de hacer eventos con multitudes, implicó que quienes asisten a las exposiciones son personas con interés por observar las obras y no sólo buscan acudir a las celebraciones o comer los canapés que solían acompañar las inauguraciones.
La propia Candyman refirió que en esto "puedo encontrar un gran valor porque no quería que sólo vinieran a la fiesta sino a ver las obras, ahora quienes vienen tienen interés real por el espacio y con más respeto a lo que se muestra. Entonces ahora ocurre que no se hace fiesta, pero las personas que llegan poco a poco vienen con interés más real hacia el espacio y con más respeto a lo que se muestra".
La galerista busca aprovechar estas nuevas dinámicas con el PopUp Store, donde además de impulsar que se vendan obras “hay intención de que se hagan charlas, talleres o dinámicas breves de cada artista, para que de esta manera exista un mayor acercamiento al proceso creativo y a la propuesta visual de cada uno. El primer invitado fue Ojos Flotando, el segundo fue el colectivo Ilustradas, que terminan su estancia en febrero y de ahí en adelante cada mes vendrá un invitado”.
La reapertura total de Conejo Blanco ocurrió en marzo de 2021 y si bien se encuentra en una zona con muchos peatones por la ubicación –en plena Avenida Madero, en el número 699 y sobre una tienda de ropa– no hay tantos consumidores de arte “entonces, justo lo que nos va a hacer llegar a consumidores será el gestionar otro tipo de proyectos en donde cada artista invitado traerá a estas personas, por eso lo de las charlas, los talleres, es una estrategia que ahora buscamos hacer para no rendirnos porque es muy fácil decir ‘no pues no vendo nada ya mejor cierro’, ahora es toda una labor para que el proyecto se sostenga”.
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La reactivación
Aunque Conejo Blanco tuvo actividad a puertas cerradas, hubo poco movimiento en cuanto a la venta; pero Candyman afirmó que ese “fue un tiempo de pausa en el que tuve espacio para pensar sobre lo que quería hacer, pues ya antes tenía la idea de abrir un lugar para producción y galería propia, porque venía de un trabajo en colectivo que no se concretó, pero sí fue muy pesado para mí”.
Sin embargo, la decisión de que Conejo Blanco fuera sólo para ella, tuvo un cambio a raíz de un encuentro que la artista relató de la siguiente forma: “me encontré con Epífita, una marca de plantas de aire y les dije a las chicas que llevan la marca, Nataly Reyna y Mariel López, que quería colaborar con intervenciones en sus piezas; luego, en pláticas abordé el tema del espacio de tienda, que quería volver a abrir aunque no tenía el recurso, pero ellas me hicieron la propuesta en la que se encargarían de abrir el lugar para vender sus productos”.
De esa forma es que el espacio de venta abrió de nueva cuenta y, de forma gradual, llegó la posibilidad de la colaboración con otros artistas. “Es que ellas tienen una dinámica donde los artistas intervienen los soportes de las plantas, tenían interés de hacerlo de nuevo, cedí y dije ‘va’, que entren de nuevo otros artistas a vender sus productos, a trabajar sobre las epífitas y entonces poco a poco se ha construido un espacio donde vienen creativos a colaborar”, como ocurre con el PopUp Store.