Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Ante la insistencia del Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) por realizar la consulta para evaluar el retiro del monumento “Los constructores”, ubicado en avenida Acueducto, el autor del conjunto escultórico advirtió que “hay mala fe” en el asunto “porque lo primero que debemos hacer es pensar en construir, no en destruir y eso es lo que esta gente pretende hacer”, comentó.
Entrevistado por El Sol de Morelia, el escultor José Luis Padilla Retana señaló que “hay intereses políticos” en la propuesta de retirar su obra de la orilla oriente del Acueducto y que los grupos que impulsa dicha iniciativa –el colectivo Arte y resistencia, así como el CSIM– tienen una “visión sesgada” de lo que representa el conjunto de bronce. “Es un homenaje a aquellas personas que hicieron de Morelia un monumento”, aseguró.
Al respecto, detalló que en él aparece Fray Antonio de San Miguel “como representante de la Iglesia y de quienes tenían los medios para encauzar el desarrollo”, quien fuera el impulsor de la construcción de la calzada que hoy lleva su nombre y de la restauración del Acueducto “pues hubo una hambruna muy fuerte en Valladolid y él puso a trabajar a mucha gente, pero de manera remunerada”.
El otro personaje es un alarife, encargado de realizar la traza de las primeras manzanas de la ciudad, un cantero y un “tameme” o cargador.
A pregunta expresa sobre la consulta para quitar el monumento, aseguró que no puede oponerse a la opinión de la gente “porque el monumento no es mío, es del pueblo, de dominio público y si alguien tiene la autoridad total de quitarlo es el presidente municipal”, comentó.
Subrayó que su intención nunca fue la de discriminar a los pueblos indígenas.
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“Soy un hombre de raíces indígenas porque soy michoacano, mis abuelos son de Tzintzuntzan, yo nunca pensé llegar a ofender a alguien con este monumento. Además, no se les está sacrificando o martirizando, están representados trabajando”, precisó.
Ante la polémica causada por la petición de retirar “Los constructores”, lanzada en junio del año pasado, Padilla Retana comentó que ha recibido el respaldo de diferentes grupos de arquitectos e ingenieros a nivel nacional, quienes han hecho patente su admiración y reconocimiento del conjunto a través de cartas en contra de dicha iniciativa.
Breve historia del monumento
El también autor de “Las Tarascas”, dijo que proyectó la obra en 1994 por encargo del arquitecto Manuel González Galván y las maestras María Teresa Peñaloza y Esperanza Ramírez, además de un comité de “personalidades del ámbito académico y político”, entre las que se hallaba el entonces gobernador Ausencio Chávez.
“En la Plaza de Armas la gente cooperó económicamente y con bronce para hacer el monumento. Se terminó en 1996. No coincidimos con el tiempo pensado para la revelación, demoramos un poco más. Ya que terminamos, lo cargamos con una grúa y de la colonia Industrial nos fuimos por toda la avenida Madero para llegar hasta su actual destino. Llegamos de sorpresa al lugar donde iba a estar instalado –aún no estaba el gobernador ni las personas invitadas a la inauguración–, pero, al poquito tiempo, llegó una banda de viento tocando pirekuas y después los políticos y varias personalidades, se hizo una romería esa noche después del corte del listón”, rememoró.