Fieles hasta el final: xoloitzcuintle, el perro azteca que guía a las almas

Se cree que los xoloitzcuintles ayudan a las almas a cruzar el río que atraviesa le tierra de os muertos hasta Mictlán

Salvador Gaytán / El Sol de Morelia

  · miércoles 30 de octubre de 2024

Un xoloitzcuintle de color negro con correa / Foto: Javier Guerrero | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán.- El xoloitzcuintle es una raza de perros que ha sido venerada desde los tiempos prehispánicos, pues se creía que estos canes guiaban a las almas por el camino a Mictlán, la ciudad de los muertos. Aprende más de estos compañeros de vida y muerte.

La tarea principal de estos perros aztecas es la de ayudar a las almas a pasar por un profundo y caudaloso río que atraviesa la tierra de los muertos. Sin embargo, cuenta la leyenda, que estos perros no ayudaban a cualquiera. Si la persona en vida fue mala con los animales, especialmente con los perros, se negaría a ayudarlos a cruzar y los dejaría morir en el río.

Los xoloitzcuintles también son asociados a Xolotl, dios de la muerte, por lo que tenían que ser venerados en vida si es que se quería gozar de una muerte agradecida y sin sufrimiento.

El color de estos perros también influye en la creencia que se tiene sobre ellos, pues según las leyendas, los de color negro no podrán llevar a las almas al otro lado del río ya que su color indica que ya se había sumergido en esas aguas y había guiado a suficientes almas. Pero los de color blanco tampoco pueden hacerlo, ya que su color simboliza juventud y no cuenta con la madurez para lograr su misión.

¿Los xoloitzcuintles son comestibles?

Aunque se cree que estos perros eran consumidos como alimento por los nahuas y mayas, la realidad es que no es así. Según la revista especializada Arqueología Mexicana, los xoloitzcuintles eran considerados como comida sagrada durante las ceremonias y rituales, mas no como alimento común.

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La ingesta de perros xoloitzcuintles formaba parte de rituales al igual que la antropofagia, es decir, el consumo de carne humana. Sin embargo, durante la colonización, los españoles erradicaron esta tradición y se cree que de ahí surgió la idea de que los perros se comían regularmente.