Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Luego de una década, el grupo BaNdula volvió a tierras michoacanas para compartir en concierto su propuesta, dirigida en primera instancia a las infancias, que conjuga música, baile y elementos de conciencia social. La presentación ocurrió este domingo en el teatro Morelos, dentro del Festival Michoacán de Origen.
El grupo se destaca, entre otras cosas, porque busca contribuir a revalorar al público infantil, en medio de un mundo adultocentrista, haciéndolo además mediante elementos de las culturas de América y África. De hecho, el mismo nombre BaNdula es de origen congolés, algo que no es gratuito al considerar las conexiones históricas entre ambos continentes.
Al respecto, el compositor Carlos Rivarola expresó en entrevista que México es “un país con una cultura inmensa y rica, pero de pronto desaparece por el ruido tanto visual como auditivo, como si nos la negaran”, por tanto, la tarea es revalorar y es una responsabilidad, dijo “no sólo de parte de los artistas sino de los gobiernos”.
“Los pueblos necesitan sentirse identificados con lo propio y no con cosas que vienen de otros lados, no con el consumismo a ultranza o la mala alimentación; nosotros ponemos nuestro granito de arena en las canciones para que haya esa conciencia, de que poseemos la riqueza y también la responsabilidad”, agregó.
Sobre este tema, la directora de escena del grupo, Leticia Martínez, sumó su voz para exponer que la filosofía de BaNdula “ha sido buscar en nuestras raíces, siempre ha sido mirar hacia nuestros antepasados, ver el reflejo de nuestras abuelas y eso compartirlo con los niños mediante mucha alegría, colores, música, poesía y baile; es mostrar a los peques y sus papás otra manera de ver la vida”.
El proyecto nació en 1996 cuando se reunieron Emilio Lome, Carlos Rivarola y Leticia Martínez, siendo el primero el que fungió como letrista, el segundo aportó la composición musical y la tercera añadió coreografías.
Entre otras cosas, BaNdula obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en el 2015, en la categoría de Divulgación Científica y Cultural, con la canción Nicte Há. Además, este año la Lotería Nacional incluyó al grupo en los boletos del sorteo realizado el 24 de abril.
Pero no es todo, porque Carlos Rivarola obtuvo apoyo del Sistema Nacional de Creadores para realizar el proyecto de Feliciano el mensajero del monte, una compilación musical inspirada en un hombre de Tepoztlán, Morelos, que a sus 60 años descubre su vocación por la escultura y la ejerció por los siguientes 48 años.
“Él estuvo en la revolución mexicana y le llamaban el mensajero de Zapata, porque era como un espía de Zapata; luego regresó a sus tareas en el campo y un día, luego de una experiencia traumática se volvió escultor, yo lo conocí hace 25 años, le compré una obra y se me quedó en la mente”.
Entonces, con la beca Carlos Rivarola generó una serie de canciones, algunas al estilo de trova morelense, otras composiciones están inspiradas en las esculturas y una tercera parte alude a la relación del personaje con la naturaleza. “Son 17 composiciones que hice por 2 años y eso ya está grabado como demo y queremos montar con BaNdula este año”.
