El arte del payaso, un acto que va más allá de lo cómico

A través del arte clown también se pueden dar sátiras o críticas sociales

Gabriela Serralde | El Sol de Morelia

  · sábado 6 de noviembre de 2021

Foto: Adid Jiménez | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Nariz roja, maquillaje, zapatos grandes y demás indumentaria forman parte de la personificación de un payaso, sin embargo, para el actor de teatro Copérnico Vega eso es solo un complemento, ya que este arte es una herramienta poderosa para emitir un mensaje a través de la sátira o crítica social con el fin de concientizar a la sociedad.

El Día Mundial del Payaso se celebra cada 5 de noviembre en honor al artista español Emilio Alberto Aragón Bermúdez, mejor conocido por su nombre artístico “Miliki”, quien se caracterizó por ser versátil: fue cantante, compositor, escritor, músico e incluso director de cine.

Vega, autor del libro Un mimo se prepara, refiere que es necesario visibilizar este arte, ya que en la actualidad se ha menospreciado a pesar de que se requiere de mucha preparación académica, física y mental, así como de entrenamiento físico.

El actor comenta que en el siglo de Oro comenzaron a utilizarse a los personajes como patiños, juglares y bufones que servían como una fuga de escape, es decir, que los tintes de comedia daban equilibrio a la escena e incluso actualmente hay grandes obras que aún manejan estas figuras.

Asimismo, indica que “aunque un payaso es lo mismo aquí que en China” es importante diferenciar entre las técnicas que hoy en día se utilizan para interpretarlos. Añade que la narrativa debe ser una crítica social, pues es el reflejo de las acciones sociales que suceden en la cotidianidad.

Entre el clown y el payaso

Juan José Sores Natéras, egresado de la Facultad de Teatro de la UMSNH, explica que hoy en día dos de las principales técnicas son el payaso y el clown, palabra inglesa que se traduce a “payaso”, pero que a diferencia de un bufón que nació en la corte, este surgió en las plazas o en el pueblo. Esta técnica se apropió de las estrategias populares y fue insertado en los números del circo para llamar la atención, articulando una pequeña historia de manera divertida, lúdica y dinámica.

De acuerdo a Sores Natéras, un clown también era conocido como augusto, con vestimenta rústica o chistosa y maquillaje exagerado y un poco tonto, en tanto un payaso es lo opuesto, ya que utiliza un maquillaje sutil y vestuario elegante, más rígido y estricto.

En cuanto a la forma de trabajo, Copérnico Vega detalla que un clown tiene sketches o historias ya preparadas, pero va aprendiendo y adhiriendo situaciones que el mismo espectador le pueda ir proporcionando. En resumen, cuenta con una estructura y un hecho conformado.

Aunque cuenta con rutinas, el payaso llega a enfrentarse al espectador, es decir que es repentista y su discurso debe ser construido en la inmediatez. “Debe ser un gran observador y cuidar que su mensaje vaya perfectamente estructurado para que el público lo pueda decodificar”.

Payasos de calle, técnica que se ha ido desgastando

Copérnico Vega afirma que el payaso de calle se ha ido menospreciando por culpa de la sociedad y de los ejecutantes, pues aunque abundan en las plazas o camiones, los que intentan hacer el arte les hace falta mucha preparación.

“Han demeritado el trabajo, lo que sucede es que llegan al uso del albur o al doble sentido para ridiculizar a la gente y ese no es el cometido del payaso”.

El actor precisa que James Donlon es un ejemplo de un payaso, quien a través de sus rutinas y sketches va desarrollando su discurso de forma cómica y si sucede algo en el diálogo con el espectador, lo utiliza para subrayar las debilidades de la sociedad.

El payaso debe ser un actor entrenado, manejar su cuerpo y los límites de la transgresión con el público a pesar de que haya interacción con el espectador, aclara Copérnico. “Son más hirientes, usan más la sátira o la burla al otro, tergiversan el sentido del humor, atacando, y el clown no es así”, asegura por su parte Sores Natéras.

Finalmente, el también narrador oral e integrante del grupo de teatro Sonaja Roja, afirma que los payasos se caracterizan por ser almas libres desde un reconocimiento de su propia identidad, sus sentimientos, emociones, conciencia, palabra e incluso sus defectos.