Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– La enseñanza de disciplinas artísticas a nivel superior es uno de los ámbitos en los cuales la transmisión de conocimiento requiere poner en tensión habilidades prácticas y sostener un diálogo directo entre pares, que nutra el proceso educativo dentro y fuera del aula. Sin embargo, la crisis sanitaria generada por la aparición del Covid-19 obligó a que todo el sistema educativo migrara a la modalidad virtual, ocasionando que las escuelas de artes también adaptaran sus programas y dinámicas.
Para la presente edición del Fin D, El Sol de Morelia se dio a la tarea de entrevistar a dos personas vinculadas directamente con los procesos formales de aprendizaje en el campo artístico: un catedrático –y actual director– de la Facultad Popular de Bellas Artes (FPBA) de la Universidad Michoacana y una estudiante moreliana que cursa la carrera de Artes visuales en la Universidad de Guadalaja (UdG).
"La mutación digital transforma el modo en que percibimos nuestro entorno y también la forma en que lo proyectamos. Afecta nuestra sensibilidad y sensitividad, esto es, la comunicación entre los cuerpos", explica el filósofo italiano Franco "Bifo" Berardi en su libro Fenomenología del fin (2017). Sirvan de epígrafe sus palabras para observar cómo la mudanza a lo virtual no puede pasar desapercibida en los procesos cognitivos.
Una migración forzada
La tercera semana de marzo del año pasado se comenzaron a suspender las actividades escolares presenciales en Michoacán: la premura por rescatar el semestre, derivó en un accidentado cierre, no falto de improvisaciones propias de la circunstancia. Después, el inicio del ciclo 20-21 buscó adaptarse a eso que por falta de imaginación llamamos "nueva normalidad".
Como explica Ronaldo García Calderas, director de la FPBA, "la indicación de que las actividades académico-administrativas deberían ser exclusivamente a distancia, se tomó en aras de salvaguardar la salud de estudiantes, personal administrativo y docente, dando puntual seguimiento a las medidas adoptadas por los gobiernos estatal y federal".
La medida fue replicada en la mayoría de instituciones de educación superior, con sus bemoles. Para Hannia Pérez Mondragón, estudiante de la carrera de "Artes visuales para la expresión fotográfica" de la UdG, la abrupta migración a lo digital "no resolvió mucho porque se perdió un 80 por ciento de la comunicación con profesores", utilizando el correo electrónico como "único medio de interacción". Sin embargo, reconoce que "no cancelar clases en su totalidad fue una buena oportunidad para reforzar el aprendizaje autodidacta", máxime si se considera que "aprender y trabajar en modalidad virtual no supone tantas trabas para mi generación", advirtió.
Pros, contras y retos
Adaptar las clases presenciales que, por sus necesidades, no suelen impartirse bajo otra modalidad, ha sido lo más difícil de trabajar desde casa. García Calderas señala que "no son las condiciones ideales para la educación en general, pero menos para las materias que de manera práctica se enseñan y aprenden en la FPBA", empero el reto ante el contexto pandémico es "hacer uso de nuestra creatividad, ingenio y astucia para mantener la calidad de nuestras asignaturas", precisó.
"Además del tema académico, están las emociones, tan presentes en nuestra comunidad: hay áreas como teatro y danza donde el contacto entre compañeras y compañeros es fundamental, es parte de una realidad que de pronto fue arrebatada y tiene todo que ver con su forma de ser y comprender no sólo los estudios sino la realidad", dijo luego de reconocer que las plataformas digitales son una "herramienta invaluable" para impartir materias de carácter teórico, no así las lúdico-prácticas, para las cuales la tecnología sólo es un medio provisional ante la crisis sanitaria.
Puede interesarte: Invitan a mujeres de La Ciénega a concurso fotográfico
A su vez, Pérez Mondragón dijo que las materias más desafiantes en su currícula fueron las de toma fotográfica y laboratorio de revelado, pues al ser en formato analógico, son de difícil acceso actualmente.
"Encontrar un espacio en casa que pudiera adaptar como cuarto oscuro, fue otro reto, porque trabajar con químicos requiere cuidado y precaución, así que fue un problema gestionar los tiempos en la casa familar, sin llegar a invadir espacios de uso común", explicó.
2021: continuar a distancia
A un paso de volver a semáforo epidemiológico rojo y, por ende, confinamiento obligatorio, las clases presenciales se ven más lejanas este año en Michoacán.
El director de la FPBA comentó que el 06 de enero pasado se les extendió un comunicado, emitido por la secretaría académica de la UMSNH, en el cual se informa que "las clases para las y los estudiantes deben continuar exclusivamente a distancia y por medios virtuales".
En el caso de la Universidad de Guadalajara, el ciclo arranca en modalidad virtual el 22 de enero.
"Se nos informó que se busca cerrar el semestre de manera presencial en clases que requieren prácticas, claro, en bajo porcentaje", dijo Pérez Mondragón quien observó que "se debe adaptar el plan de estudios a la condición virtual, para evitar un estancamiento causado por la falta de accesibilidad a instalaciones del centro universitario".
Aunque la estudiante de fotografía señala que "la cuarentena ha provocado desórdenes físicos y psicológicos de primera magnitud" en las personas –que en su caso derivó en un "bloqueo creativo"–, dijo que lo rescatable de este escenario ha sido emprender "nuevas formas de volver la casa en un espacio de trabajo e inspiración y trabajar desde la empatía, ahora que estamos viviendo bajo la incertidumbre".