Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- ¿Qué opinión hay en el gremio cultural de las campañas políticas?, para conocer esto se ha pedido la opinión a personas dedicadas a la creación artística, la gestión cultural y la investigación. Entre las diferentes cosas que manifestaron, hay una en común: descontento.

Para el coreógrafo Abdiel Villaseñor, en las campañas es evidente que la cultura “sigue siendo vista como una ornamentación y la realidad que vivimos demanda una seria vinculación de lo artístico-cultural a sectores como educación y desarrollo social por ejemplo. La pandemia nos invita pensar en proyectos de sociedad donde el desarrollo humano, sensible y crítico deben ser medulares”.

La gestora cultural Farah Wesley, fue muy directa al afirmar que “en general no hay atención a la cultura, de parte de ningún candidato a la gubernatura. Raúl Morón se acercó a nosotros, pero le quitaron la candidatura; luego Alfredo Ramírez Bedolla tuvo una reunión con nosotros el 13 de mayo, entonces por parte de MORENA hay un poco de visibilidad”.

Ese panorama empeora con los aspirantes a la alcaldía de Tacámbaro, municipio donde ella reside: “no he visto a ningún partido que se haya acercado y creo que ni siquiera les importa que haya un gremio cultural”.

El músico e integrante de la banda Malakia, Edén Enzástiga se manifestó de una forma similar, pues dice percibir que “sí creo ha habido poca atención al tema cultural, pero en general en todos los temas.

Diría que es una campaña atípica, que por un lado arrancó sin el candidato de MORENA y el ambiente se enrareció con las decisiones del Instituto Nacional Electoral (INE); en ese sentido muchos de los focos se fueron a otro lado en lugar de centrarse en la propuesta. Eso ha demeritado el debate, ha bajado el nivel de discusión de los grandes problemas y la cultura siempre ha tenido un segundo o hasta tercer lugar”.

La filósofa y psicoanalista Rosario Herrera Guido fue más allá de la coyuntura al referir que es necesario “una política cultural que no se reduzca a correligionarios y cuates, con programas elaborados y evaluados con los agentes culturales. Las políticas públicas sobre la cultura actualmente desmantelaron recursos para ‘remediar la pobreza’ pero poniendo a la ‘igualdad’, un principio capital de la izquierda, como fin y no como principio, con lo que se eterniza la pobreza que se supone que se ‘quiere suprimir’".