Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El lugar común refiere que en México se lee poco, que la poesía es poco vendible y que el mundo editorial de México se concentra principalmente en la capital del país; sin embargo, tres jóvenes se han aventurado a hacer una contribución al mundo de los libros desde Morelia.
Estos jóvenes son Maricruz Barrera Chávez, Leonardo Sotelo y Víctor Manuel Avilés Velázquez, siendo este último el que concedió la presente entrevista, en la cual expresó que Licántropo editorial fue iniciada por ellos a partir de una idea con dos caras.
Te puede interesar: Fundación continúa labor social en Tzitzio
Por un lado, la parte editorial sí debía ser un negocio sustentable; por el otro, tenía que ser algo que “nos permitiera hacer cosas que nos gusta, hacer libros”. La primera faceta se aboca a dar servicios editoriales en general, como corrección de estilo, mientras que la otra es conceptualmente más artística.
Lo que visualizan, dijo, “es que una solvente a la otra porque en realidad los libros tienen un ciclo de vida difícil y muchos factores inciden en ello: uno es que se venden lentamente, por ejemplo; entonces, es necesario ser muy proactivos en la difusión y distribución”.
Por tanto, no apuestan a vivir de los libros pero sí, mencionó, “al valor cultural y simbólico que las publicaciones pueden agregar al ecosistema de libros y a la cultura. Aunque sea a una escala muy pequeña, creemos que hay esa influencia tanto en los lectores como en los autores, que en este caso son autoras, porque tener una publicación les significa mucho personal y profesionalmente”.
Avilés Velázquez habló de autoras porque, hasta el momento, Licántropo editorial ha publicado a mujeres, algo que en un inicio ocurrió de manera fortuita, pero que derivó en una colección de literatura escrita por mujeres.
Al respecto, el editor refirió que en efecto “en algún momento editaremos algo hecho por hombres o diversidades; por ahora, los proyectos que tenemos en puerta también son de escritoras”.
Y es que en la actualidad, dijo, “en Morelia y en otras partes del país, las mujeres ahora están escribiendo y publicando mucho. Eso las hace más visibles y también por eso las propuestas de editar escritoras han sido muchas, pues hay mucho trabajo por parte de ellas”.
Otra faceta de los libros viene con la distribución, la cual es relevante porque es cómo se hace llegar a los lectores y en este punto los jóvenes también decidieron tener vínculos con empresas locales antes que con grandes cadenas.
Por tanto, en Morelia las publicaciones llegan a las librerías de El Traspatio, Café Michelena y el Instituto Luis Berber, mientras que en Ciudad de México tendieron lazos con dos sitios alternativos de la colonia Condesa, que son Antonia La oficina del libro y La Increíble.
Por último, Avilés Velázquez compartió que no sólo editarán libros en formato físico, puesto que también hay caminos en lo electrónico y lo híbrido.
“Es algo más económicamente fácil de implementar pero no por eso menos atractivo, también para aprovechar esta contemporaneidad en la que no estamos todavía por completo en lo digital; experimentar también con los formatos, lo audiovisual, los audiolibros, hacer materiales en esos sentidos”, finalizó.