Morelia, Mich (OEM/ Infomex).- Movido por la convicción de que la danza ayuda a generar conexiones con las personas antes que quedarse en mero espectáculo, es que el investigador y gestor cultural Julio César García Espino abrió una academia llamada Okantiwa, un lugar que también ofrece la posibilidad de tener contacto con la cultura cubana.

Y es que García Espino, que también es doctorando en el Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental (CIGA) y profesor en la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la UNAM campus Morelia, proviene de Cuba, cultiva los bailes latinos, el folclore cubano y la danza contemporánea.

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Es en estas últimas características en las que se apoyó para crear la academia Okantiwa y además una compañía homónima, siendo con esta última con la que desde hace ocho meses ha trabajado en un proyecto que será estrenado en junio de este año.

“Decidimos llamarle okantiwa, palabra de origen yoruba, una cultura africana que está presente en Cuba porque vino con la migración obligada”, es decir, el esclavismo ejercido por los europeos. No sobra decir que la traducción de okantiwa es “corazón nuestro”.

De acuerdo con García Espino, la razón de ese nombre es sencilla: en estos tiempos de crisis económicas, monopolios y violencia “para que algo prevalezca o se solidifique necesita de mucho corazón, hay que darle mucho esfuerzo, dedicación y entrega”.

Entonces, una cosa es la obra y otra es la academia, un esfuerzo adicional creado por García Espino para compartir con el público en general –por así decirlo- con la idea de generar conexiones entre las personas a partir de la danza.

Se trata de una iniciativa que ya atrajo el interés de las personas, las cuales han conformado sesiones de baile heterogéneas pues a decir de García Espino “la academia se caracteriza por tener un rango de edad entre los 30 y 50, creo que también es porque es un concepto ligado al baile social, no sólo baile artístico individual sino para conectar socialmente sobretodo después de la pandemia”.

En relación a esto, García Espino expresó que mediante Okantiwa se busca transmitir que el baile no debe ser solamente para alimentar el ego y lucirse “sino también para conectar con una persona, que es algo cada vez más difícil por todo el tema de redes sociales”, si bien recordó que pero la música y la danza son expresiones culturales que nacieron para generar lazos entre las personas.

Sobre los antecedentes de la academia, García Espino contó que en Cuba fue director por 10 años de la Compañía Danzaria de la Universidad de La Habana Alma Mater, “allá hice teatro musical, coreografía, dirección artística y vine aquí (Morelia) por una cuestión académica en términos de posgrado, al año fundé un proyecto que reunió a muchos jóvenes e hicimos un espectáculo con la temática del ritmo”.

Relató que ese espectáculo fue estrenado en el Centro Cultura Universitario (CCU), con todo y música de percusión, canto, teatro y danza. Pero sólo tuvo una función porque llegó la pandemia y todo cerró. “Eso significó que el proyecto desapareció, los artistas se fueron a Ciudad de México o a Guanajuato, otros eran extranjeros y volvieron a sus países”.

Pero a finales del 2022 es que García Espino volvió a los terrenos de la danza, “reuní bailarines y un músico para hacer un espectáculo, el cual tratará de las raíces africanas en la danza cubana. Va tener géneros danzarios como el palocongo, el son, la salsa, la percusión cubana, declamación”. Este es el proyecto que será estrenado en junio y, de forma adicional a este, es que opera la academia.

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Okantiwa se ubica, sobre la calle Guerrero en el número 331, en las inmediaciones de la plaza Soterraña “es un espacio pequeño pero es familiar, no aspiramos a grandes masas sino a un público que busque familiarizarce, pequeños grupos que conecten entre sí”. Ahí, mencionó el académico y artista, las clases son todos los días por las tardes, mientras que los ensayos de la compañía ocurren tres días a la semana.