Morelia, Michoacán. (OEM-Infomex).- La obra de teatro Pájaros, dirigida por Fernando Ortiz, se presentará este 14 de noviembre en el Teatro Ocampo de Morelia. La puesta en escena se basa en el libro “La guerra no tiene rostro de mujer”, escrito por Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura 2015, mismo que cuenta con testimonios de mujeres que combatieron en la Segunda Guerra Mundial.
La publicación del libro significó un hecho prácticamente inédito, pues antes del mismo ningún documento de largo alcance había concentrado las historias de mujeres que condujeron tanques, fueron francotiradoras o atendieron heridos en hospitales al servicio del Ejército Rojo. Según se lee en la reseña oficial de la editorial Debate, “estas mujeres, la mayoría por primera vez en sus vidas, cuentan la parte no heroica de la guerra, a menudo ausente de los relatos de los veteranos. Hablan de la suciedad y del frío, del hambre y de la violencia sexual, de la angustia y de la sombra omnipresente de la muerte”.
La primera edición data de 1985, aunque en 2002 la autora pudo agregar más testimonios ya sin el peso de la censura. Tras la consecución del Nobel en 2015, el mundo accedió a más traducciones no solo de esta obra, sino de otras como El fin del ‘Homo sovieticus’ (Acantilado) y Voces de Chernóbil (Siglo XXI). Esta tercia de libros más“Los muchachos del zinc” se concentran en las tragedias que deja la guerra, o como lo escribe el columnista Lluís Bassets en el diario El País, “es una especie de Las mil y una noches del horror y la mentira del sistema soviético”.
Entrevistado por El Sol de Morelia, el recientemente galardonado con el Premio Eréndira de las Artes, Fernando Ortiz, describe el proceso para adaptar el libro a una puesta en escena, que por cierto es la única en América Latina: “El texto de Svetlana se concentra en testimonios de mujeres sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, así que nuestra adaptación consistió en reconstruir algunos pasajes del libro pero le damos un esquema de diálogo entre tres personajes, algo que no está en la obra literaria, pero que consideramos buena idea para fines escénicos”.
El libro deja en claro que las guerras no son asuntos de varones, sino también de mujeres, lo que muchas veces se oculta en las historias bélicas que vemos sobre todo en el cine. Al respecto, Ortiz afirma que cada testimonio recogido en la obra de la Premio Nobel recoge un dolor indescriptible y de paso deja en claro cómo el régimen comunista de la época invadía de propaganda de guerra para convencer a los habitantes que participar en la misma era un asunto de orgullo y patriotismo. “El shock viene cuando se dan cuenta que, fuera de todo discurso, la guerra se trata de ir a asesinar gente, es algo que no visualizaron hasta que cometieron su primer acto de matar”, agrega.
La selección de fragmentos para la obra de teatro se basó justo en ese proceso de reflexión que aborda el sinsentido de estos actos que se convierten en masacres. “Aunque la historia se cuente a partir de ganadores y perdedores, lo cierto es que al final con la guerra nadie gana”, señala el también director de obras como Bodas de Sangre y Un tal Raymundo.
Con las actuaciones de Dalia Próspero, Ligia Mazariegos y Eva Sánchez, Pájaros ya rebasa las 60 presentaciones y con la parada en el Teatro Ocampo podría despedir el año, aunque no se descartan más funciones. Su trayectoria cuenta con una temporada en el Foro Eco, así como las muestras Estatal y Regional de Teatro, además de ser invitada al festival Tijuanarte.
La producción de Pájaros corre por cuenta del Colectivo 60 Mil y tiene la participación de Dalia Próspero en la coreografía; Octavio Vázquez en escenografía y vestuario; José Ramón Segurajáuregui a cargo de la iluminación y Jesús Suárez como asistente de dirección. “La sola lectura del libro te conflictúa, es muy duro, hubo momentos en que tuvimos que parar porque la sensación de tristeza era muy fuerte, teníamos que parar incluso por días”, comenta Ortiz respecto a la mayor dificultad de esta adaptación, mientras que de la respuesta del público añade: “Un 80 por ciento de los asistentes salen conmovidos, se trata de una visión muy femenina y yo la recomiendo en especial a ellas, aunque claro, es para todo público”, concluye.