Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En medio de una locación que se decora con dos viejos televisores, un par de monitores de audio y stickers pegados en los ventanales de la vieja casona, una veintena de jóvenes están concentrados dibujando y coloreando figuras de la cultura pop, la mayoría caricaturas de su infancia. Están tan metidos en su trabajo, que solo se detienen unos segundos para darle un trago a sus cervezas, pulques o agua natural.
Es el martes de Pintar y Pistear, una actividad recreativa que de a poco se está volviendo una tradición en el foro cultural Jeudi 27, ese edificio que se ubica justo en la esquina de Valentín Gómez Farías, frente a la comisaría de la Policía Morelia del Centro Histórico.
Te puede interesar: La pasión de rodar en carretera
A las afueras del lugar, la lluvia hace correr a los morelianos que se apresuran a tomar el transporte público, pero al interior el sonido de las gotas chocando con el pavimento funciona como complemento del rap que suena en los parlantes.
Al frente de los participantes como encargada de la sesión, está Tania Chávez, también conocida en el gremio artístico como Topanga Mandingo. La diseñadora gráfica e ilustradora explica al Sol de Morelia que en su trabajo busca utilizar colores vívidos y enfocarse principalmente en personajes, sobre todo del mundo de la fantasía.
“Yo a esto de la creación me empecé a meter desde que estaba morra, pero a la cuestión del diseño enfocada a proyectos y colaboraciones fue cuando formé parte del colectivo Monocromo, ya que ahí empezamos a hacer chamba con diferentes disciplinas, gente que hacía video, música, fanzines, dibujos y toda una cuestión libre e independiente”.
Además de Jeudi 27, Topanga considera que en la ciudad ya se ha abierto más la escena y ahora se cuentan con más espacios para poder mostrar el trabajo de los artistas, incluso ejemplifica el caso de los bazares, donde pueden vender sus productos, “solo es cosa de buscarle, ya sea en un rubro en específico o muy general”.
Durante la sesión de Pintar y Pistear, los asistentes plasman en papel a Arnold, Pikachu, Astro Boy, Bob Patiño, Ren y Stimpy, Gato-Perro, entre otros. Dice Tania Chávez que la intención es que tomen un personaje animado y que, a través de su imaginación y la experimentación, le puedan proporcionar nuevas características para ver simplemente qué sale de toda esa combinación.
“Pero también queremos que interactúen entre ellos, pues muchos no se conocen entre sí y entonces el hecho de que estén dibujando sirve de pretexto para crear un conversatorio, que luego en Morelia nos faltan lugares para poder hacerlo, ya que existen talleres pero con costo, entonces aquí son encuentros esporádicos y dinámicos”.
En el mismo sentido, Totol, uno de los socios de Jeudi 27, comparte que las sesiones han venido funcionando de manera natural y uno de los ejes que tienen es que se conozcan personas nuevas durante la actividad, de tal forma que si ven asistentes que llegan juntos, los invitan a sentarse en lugares distintos para que interactúen con otros.
Pintar y Pistear no tiene una caducidad establecida, pues al contrario, adelanta que ya están ideando otras dinámicas para que siga creciendo, por lo que no descartan mover la actividad a un sábado e incluir la participación de un Dj o hacer una especie de competencias.
“En Jeudi tenemos una mesa creativa donde van surgiendo las ideas, vamos proponiendo y viendo qué podemos hacer. Anteriormente sí había broncas con los vecinos por el ruido que se generaba, sobre todo con las tocadas que se hacían, pero ahora hay una comunicación directa y si incomodamos a alguien con el volumen, le bajamos y todo bien”.
Uno de los atractivos que tiene Pintar y Pistear es que deja de lado la formalidad. Topanga Mandingo relata que se ha sabido de sesiones en las que algunos asistentes comienzan su participación muy activa, pero al paso de los tragos, optan por el “cotorreo”. Y todo eso está bien. A final de cuentas, el arte en un martes lluvioso merece que sea divertido.