Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).– Un diálogo entre la tradición y la modernidad es planteado en el disco Concertos for Oboe, Clarinet and Orchestra, interpretado por la Camerata de las Américas, bajo la batuta del moreliano Ludwig Carrasco Curíntzita, acompañado por la clarinetista Eleanor Weingartner y el oboísta Miguel Salazar.
En entrevista para El Sol de Morelia, Carrasco Curíntzita, director de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), explicó que en el material convive el Doble concierto de Eduardo Alonso-Crespo con un concierto de clarinete y orquesta, y otro de oboe y orquesta del compositor Antonio Rosetti, músico contemporáneo a Mozart, los cuales calificó de “alegres” –dijo– “ya que exploran el virtuosismo de los instrumentos de alientos que están como solistas en la orquesta, pero también dan bastante cabida a las melodías que son muy agradables y accesibles”.
Comentó que la invitación a dirigir vino de la pareja formada por Weingartner y Salazar, quienes gracias a sus respectivas especializaciones en la Universidad de Pittsburgh trabaron amistad con Alonso-Crespo, el cual les dedicó la obra en cuestión.
“Ambas obras están bastante emparentadas en cuestión de estilo, estética y concepto general, a pesar de que tienen dos siglos de diferencia”, dijo luego de asegurar que la propuesta del argentino es de corte neoclásico y está “muy bien construida”, además de ser “transparente” y contar con “un alto grado de energía y jovialidad”.
Difusión en plataformas, alternativa ante pandemia
El músico moreliano de 43 años señaló que desde hace dos décadas la industria del disco ha decaído, a causa del surgimiento de plataformas digitales para difundir música. En el caso de Urtext –sello discográfico mexicano que produjo el disco–, explicó que al ser una casa que edita en CDs, también se adaptaron a las plataformas y lanzaron urtextonline, para poner al alcance del público su catálogo y llegar a más público. Precisó se puede acceder al disco también en Spotify, Amazon y librerías Gandhi.
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“La pandemia nos aventó a la virtualidad de una manera que nadie esperaba, toda la posibilidad de actividad se ha visto disminuida totalmente y tuvimos que aprender a movernos en una zona que no habíamos explorado todavía, como las redes sociales, el internet y otros formatos virtuales”, dijo luego de comentar que al ser prácticamente imposible presenciar conciertos en vivo, incluso los músicos más nostálgicos –como él mismo se define– se vieron obligados a adaptarse a las transmisiones en video y demás alternativas digitales para difundir su trabajo.
A pregunta expresa sobre la formación de públicos en este contexto de transición tecnológica, Carrasco Curíntzita dijo que uno de los retos fundamentales es captar a las nuevas generaciones para que paulatinamente formen parte del público cautivo, a pesar de las consabidas limitaciones para realizar conciertos y actividades culturales.
“La cultura es una actividad comunitaria, requiere la interacción y el contacto con las personas. Podemos aprovechar estos meses del confinamiento para plantear proyectos que atraigan a estos públicos nuevos”, comentó.
