Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- El trabajo con mujeres privadas de su libertad y sus hijos requiere de metodologías específicas y continuidad, es por lo que Isabel Nares, quien es coreógrafa, bailarina y gestora cultural, retomará este mes el proyecto "Árbol amarillo", en el Centro de Readaptación Social (Cereso) David Franco Rodríguez.
En entrevista exclusiva, Isabel Nares comentó que el proyecto es continuación de un trabajo comunitario que ella ha desarrollado en el Cereso desde 2019, concretamente en la estancia infantil.
“Desde entonces empecé a trabajar junto al cuentacuentos Patricia Morales, para hacer actividades de bebeteca, para dar atención a los pequeños que viven ahí con sus madres privadas de la libertad, con actividades de sensibilización artística para la primera infancia, que es de los 0 a los 6 años, pero en este caso las y los pequeños están de los 0 a los 3 años con 7 meses, periodo en que legalmente pueden estar con sus madres”.
Ahora el proyecto es seguir con las actividades y enriquecerlas con los diagnósticos que realizó Isabel Nares en su trabajo previo, “pues me pude dar cuenta de las necesidades que tenían los pequeños, por las condiciones tan complejas en las que se vive dentro de un centro de readaptación, donde pues no hay muchos programas para los niños”.
Se trata de un proyecto sin una fecha de término definida porque la apuesta es a la continuidad, aunque la pandemia de Covid-19 ha dificultado el desarrollo de las labores.
La propia Isabel Nares lo comentó así: “se dejó de permitir el ingreso, de hecho, las personas que están dentro no pueden recibir visitas ni de su familia; entonces cuando llegamos con el ofrecimiento de activar la sala de lectura nos recibieron con un ‘sí por favor’ porque no había nada”, entonces el trabajo prosiguió de forma virtual y se plantea un reingreso próximo, “pero es algo que depende de los semáforos”.
El proyecto fue beneficiado con la convocatoria “El arte es otra forma de abrazarte”, que fue lanzada en conjunto por la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) y el movimiento No vivimos del aplauso, quienes beneficiaron a cinco proyectos con recurso para desarrollar actividades.
De acuerdo con Nares, el movimiento No vivimos del aplauso es nacional y en Michoacán aterrizó por personas como las promotoras de lectura Tania Castro Cambrón y Martha Luna.