Reventar silencios, más importante que ganar

Victoria Equihua obtuvo recientemente el primer lugar del circuito nacional de Slam de Poesía; sin embargo para ella el triunfo no lo es todo 

Víctor Ruíz | El Sol de Zamora

  · sábado 30 de noviembre de 2019

Foto | Fernando Maldonado

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El fin de semana pasado se consagró como campeona del circuito nacional de Slam de Poesía, pero el ego no le va. Dice Victoria Equihua que lo más importante no es su triunfo, sino la representatividad, lo que hay detrás y las historias que se enuncian a través de la experiencia hablada. Se muestra renuente a aceptar la palabra “competitividad”. Confiesa que le gusta más pensar en el esfuerzo de ese grupo de mujeres que son y en el cómo a través de la palabra han podido reventar silencios.

Argumenta que la poesía y la palabra viva te trastocan, sí o sí. El poder haber viajado a la Ciudad de México para subirse a un escenario, apropiarse del espacio, denunciar y hacer ver lo que viven un grupo de mujeres de provincia, para Victoria vale más que un triunfo catalogado dentro del terreno individual.

Fue apenas el año pasado cuando se realizó la primera edición de “Slam de poesía para morras” en Morelia. Carolina Herrejón y Emilia Solís fueron las que se atrevieron a darle forma a una idea: crear un espacio separatista, donde las mujeres pudieran ser y estar de forma segura. Desde entonces, han pasado nueve ediciones y el movimiento social y literario cada vez va tomando mayor fuerza.

El formato del slam surgió en los años 80´s en los Estados Unidos porque no se tenían espacios donde la palabra viva y la poesía no académica pudiera pronunciarse, entonces en Chicago se gesta el movimiento que se entiende como una batalla de todos los que van a participar contra ellos mismos, contra el micrófono, contra su texto y todo lo que significa estar arriba de un escenario exponiéndote Explica Carolina.

Abunda que se trata de ser tú misma frente al micrófono, lo que implica dejar de lado los parámetros académicos que son impuestos en el sentido de que se deben seguir ciertas estructuras al momento de declamar un texto.

El slam de poesía llegó a México a principios de este siglo, mientras que en Morelia apareció con mayor presencia hasta el año 2014. Actualmente en el país se contabilizan alrededor de 20 ligas de slam, quienes de forma independiente, estipulan sus lineamientos para que alguien pueda participar con su voz sobre el escenario.

Aquí en Morelia me parece que se está respondiendo a necesidades específicas de comunidades y contextos, es entender la palabra como algo que nos ofrece la oportunidad de enunciar, vociferar y gritar todo aquéllo con lo que no estamos conformes

Carolina celebra que una característica del slam es que es crítico y siempre importa mucho lo que dices y cómo te posicionas en el texto. Refiere que se trata de una actitud política, donde cada quien quiere denunciar cosas que son importantes en sus comunidades o en el entorno donde se desenvuelven.

Victoria Equihua también lo ve como una manera de regresar a las primeras formas de contacto, a retomar la palabra hablada “todos tenemos una necesidad de comunicación, de compartir y ser escuchados, y en este caso, hay alguien también dispuesto a escuchar que es el público”.

ATREVERSE A DESNUDARSE FRENTE AL PÚBLICO

El primer contacto de Abril Cira con el slam de poesía, se dio en una Feria del Libro en Tacámbaro. Este acercamiento también significó el atrevimiento de presentar por primera ocasión textos propios frente al público. La experiencia, relata, fue fortuita y mágica.

Aunque se dedica a las artes escénicas, relata que las sensaciones que se viven en el escenario en un slam son totalmente distintas, “se trata de todo un universo, para mí ha sido increíble poder descubrirlo y encontrarme a través de mis palabras, poderlo compartir desde lo más profundo con el espectador y conmigo misma, es un constante espejo”.

Pero el enriquecimiento emocional no termina ahí. Señala que el poder conocer a otras mujeres y sus mundos es una manera de retroalimentación que le genera inspiración, pero al mismo tiempo le exige el escribir desde otros puntos y miradas.

Ahora que estuvimos en el slam en la Ciudad de México yo estaba volada de ver a tantas personas talentosas y con tanta garra sobre el escenario, exponiendo a carne viva sus sentires, para mí eso fue algo que me voló la cabeza

En el caso de Carolina Herrejón, su primer slam se dio a lado de un grupo de raperos. Cuenta que los nervios aparecieron al darse cuenta del manejo de improvisación y la habilidad verbal que mostraban.

Yo solo leía mis poemas, pero cuando vi que comenzaron a improvisar me llené de nervios y hasta la fecha me sigue sucediendo cada que paso al escenario porque al final dejas ahí la vida, la médula, es como estar dando mucho de ti frente al público

Victoria Equihua también lo vivió con los nervios a flor de piel, pues aunque ya llevaba años inmersa en la literatura, la experiencia de “confrontación” con los escuchas rompe cualquier idealización previa que se pueda tener.

Yo creo mucho en la responsabilidad de las palabras, nosotras como creadoras tenemos que hacernos conscientes y responsables de nuestras posturas, reafirmarlas desde la voz. El slam para morras como espacio separatista me ha hecho tomar decisiones, saber qué quiero decir y por qué

LO PERSONAL ES POLÍTICO

Para Carolina Herrejón el slam es una defensa de la palabra y de lo que tú crees. En ese sentido, Victoria Equihua la complementa al explicar que resulta ambiguo responder a la pregunta de qué les gusta hablar sobre el escenario, ya que cada quien termina vociferando según sus contextos.

La creación es política y somos políticos en nuestra vida diaria, aunque de repente da la impresión de que es algo que nos han arrebatado, como si la política existiera solo cada seis años y nos trastocara de manera superficial; pero hablar de nosotras, o desde lo personal, es político

Reflexiona Victoria.

Más allá de las temáticas que abordan en sus textos, Carolina reconoce que no pudo dejar de sorprenderse al tener participación en el circuito nacional, puesto que se trataban de historias y vivencias que se trasladaron a un nivel macro.

Hacer frente a otras ligas, reconocer otras realidades y maneras de hacer slam, es algo que me pareció abrumador, se trata de un proceso que todavía estoy asimilando en el que se incluye la recuperación de la palabra para todos los aspectos

Abril Cira expone que en sus textos busca plasmar su percepción del mundo y el cómo se involucra desde su ser y su cuerpo en los contextos donde vive. Precisa que la tarea se convierte en algo sumamente personal, poemas que también lucen por la repetición de palabras, ciertos sonidos vocales; todo con el sello de protesta que nace de las entrañas.

CUIDAR EL SLAM PARA MORRAS

Ahora que han logrado apropiarse de un espacio, Carolina considera que el siguiente paso es saber cuidarlo. Opina que no solo se trata de visibilizar los quehaceres de las mujeres, sino también de protegerlos y no dejar que sean arrebatados.

Victoria admite que la construcción del slam para morras no ha sido sencillo, pues subraya que el hecho de que sea dirigido a las mujeres no lo hace en automático algo seguro; por ello, insiste en la responsabilidad al momento de hacerse de la palabra y cuidar ciertos temas.

Pero también este espacio implica una posibilidad legítima y valiente. Abril Cira lo sitúa como la oportunidad para hablar de cosas que les incumbe como mujeres, pero que además lo pueden hacer con plena libertad y sintiéndose seguras porque saben que no habrá juicios externos que las transgredan.

Carolina y Victoria coinciden en que la poesía no tiene que servir para algo. Explican que se trata de una pregunta estructurada que responde a un sistema donde todo debe tener cierto servilismo y utilidad. “Habrá personas a las que las letras los salvan y a otras que no, y eso no está ni bien ni mal” expone Carolina.

Pero desde la radiografía propia y como morras, no dudan en hacer notar que en sus vidas la experiencia hablada les ha permitido combatir, resistir y defender. En el slam se han servido de la palabra para poder hacerlo, pues a final de cuentas, dicen que lo mejor de la poesía es que está viva.