Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- No es nada nuevo, pero sigue sin cambiar. Profesores talleristas de la Casa de la Cultura de Morelia denuncian que en la recta final del año otra vez hay atrasos en sus pagos y además alertan sobre un contrato que les exigen firmar, so pena de despedirlos y no cubrir sus pasivos; ante tal situación, afirman, podrían tomar medidas extremas como tomar las instalaciones del edificio localizado en la Avenida Morelos Norte.
Entrevistado por El Sol de Morelia, Abelardo Hernández Araujo, representante de la Comisión 70/30 de los maestros de la Casa de la Cultura de Morelia, informó que el 14 de octubre pasado se realizó una reunión con Alejandra López Mariscal, delegada administrativa de la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) para revisar el tema de regularización de los docentes.
"Quieren que firmemos un contrato por tiempo determinado, cada tres meses, con lo cual borran de un plumazo nuestra antigüedad, pues al menos somos 20 maestros con más de 10 años trabajando en los talleres. Ese es el motivo por lo que la mayoría de profesores no estamos dispuestos a firmar el contrato, mismo que, además, nadie nos ha facilitado para leerlo a detalle y consultarlo con algún asesor legal", señaló.
Hernández afirmó que por parte de la Secum todo lo relacionado con ese contrato lo mantienen oculto, "no hay mayor información y pretenden que cada maestro acuda a las oficinas y prácticamente firme sin leer, sin asesoría"; incluso, dijo que ya hubo maestros que firmaron pero no se les entregó copia del contrato.
Lo que estas acciones demuestran es que la secretaría quiere desaparecer a talleres y talleristas, es una acción lenta pero que a mediano plazo extinguirá la vocación de la Casa de la Cultura, que es capacitar a la población en todas las artes
Denunció que no existe claridad en el contrato por prestación de servicios, porque al ser un esquema donde el profesor se queda con 70 por ciento del pago de los alumnos, es imposible calcular de antemano una cifra estable.
Ni siquiera estamos pidiendo que nos den una base sindical, sólo que no nos obliguen a firmar un contrato cuyas minucias no conocemos y menos que nos amenacen con que si no firmamos, nos despiden y no nos paguen lo que nos deben
Hernández Araujo remarca el tono amenazante que recibieron por parte de la delegada López Mariscal, quien en la reunión les habría dicho: “O firman o no les pagamos”.
“Es un chantaje, te condicionan, te ponen entre la espada y la pared”, aseguró.
Por ello, talleristas recurrirán ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y la Junta de Conciliación y Arbitraje, además de que hizo un llamado a la sociedad civil para que les brinden su apoyo, en especial a los alumnos y a los padres de familia que envían a sus hijos a los talleres de la Casa de la Cultura.
No pretenden ser radicales, pero si no se da un giro a la situación, podrían incluso tomar el edificio. “Sólo pedimos que se respeten nuestros derechos, nuestra antigüedad laboral y que se nos dé un sueldo justo, porque no es cosa menor lo que hacemos”, señaló Hernández Araujo, quien imparte clases de danza contemporánea.
Cabe recordar que no es la primera vez que los talleristas de la Casa de la Cultura denuncian atraso en sus pagos, ni es el primer intento porque se regularice su situación laboral, ya que desde hace al menos una década han exigido lo que hoy vuelven a denunciar y por más administraciones de pasan en la Secum, los resultados son similares.
Apenas en septiembre pasado, el secretario de la Secum, Claudio Méndez Fernández, aseguraba que, tras haber cubierto los pagos por cursos de verano, ya no habría más retrasos, pero la situación se vuelve a repetir.
De acuerdo a la Ley de Ingresos del estado, el dinero que recauda la Casa de la Cultura por las inscripciones a los talleres no puede ser pagado directamente a los profesores en su proporción porcentual, sino que antes debe llegar a la Secretaría de Finanzas y Administración para que desde esa dependencia salgan los pagos. Tal burocracia, al parecer, es la que provoca cuellos de botella financieros que perjudican directamente a los bolsillos de los docentes.
Lo que estas acciones demuestran es que la secretaría quiere desaparecer a talleres y talleristas, es una acción lenta pero que a mediano plazo extinguirá la vocación de la Casa de la Cultura”
Abelardo Hernández Araujo
Representante de la Comisión 70/30