/ domingo 26 de enero de 2020

Temazcal, ritual prehispánico que sobrevive en Morelia

Con 15 años de experiencia en esta ancestral práctica de purificación, Javier Manríquez afirma que los beneficios físicos que se obtiene hacen que estos lugares sigan vigentes

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Cuentan los abuelos que en los viejos tiempos, las mujeres, desde muy niñas, tenían una casa de enseñanza en la cual aprendían a vivir y a su vez, eran preparadas para recibir su primera menstruación, o su primera luna como le llamaban los pueblos náhuatl. Ese sitio era una representación del vientre de una madre, el temazcal, baño prehispánico que sobrevivió a la conquista española y que también sobrevive a nuestros tiempos.

Con 48 años de edad y 15 de haber iniciado contacto con el universo de los temazcales, Javier Manríquez Ferreira habla sobre la tradición, los beneficios físicos que se obtienen y todo lo que representa que estas casas ancestrales de vapor sigan vigentes en las ciudades y comunidades del país.

Es una terapia donde uno se mete al temazcal para dejar todo lo negativo y sustituirlo por cosas positivas, si lo vemos científicamente consiste en subir la temperatura de tal forma que nuestro cuerpo comience a sudar para desintoxicarse

Pero más allá de eso, Javier resalta la cosmovisión de los abuelos, el aprender cómo vivían, sus modos de respetar la tierra y honrar a los elementos que la conforman, como el agua, el viento, el fuego y las plantas.

Entramos al vientre de la madre Tierra a renovar nuestra energía, a conectarnos con nosotros mismos, se produce una oscuridad total al interior del temazcal y eso nos permite no tener ningún distractor visual, lo que nos obliga a estar pendientes de lo que está sintiendo nuestro cuerpo

En este sentido, expone que todas estas condiciones permiten hacer un trabajo de introspección, de autoconocimiento, el poder ver problemas de nuestra vida cotidiana que no le tomábamos importancia por el mismo ritmo de la rutina, pero que ya estando dentro del temazcal lo detectas y lo transformas.

Cada temazcal es diferente y dependiendo de la situación, se le añaden elementos extras. Javier ejemplifica que si una persona se presenta con problemas respiratorios, al centro, donde se encuentran las piedras volcánicas, se inserta la planta medicinal del eucalipto.

Todo el proceso de un temazcal se disfruta mucho, desde la preparación cuando se están calentando las piedras, recibirlas en el centro del ombligo de la madre y trabajar con el agua para saber controlar la temperatura; pero a mí al final lo que más me gusta es poder transmitir el conocimiento que nos dejaron los abuelos

La moda

Si bien no existe un padrón de cuántos temazcales existen en Michoacán, Javier estima que simplemente en Morelia se tiene conocimiento de unos 15 a 20 lugares, mientras que en el oriente del estado y en la zona de la meseta purépecha se registra una parte importante de esta tradición.

Sin embargo, también alerta de los temazcales que son simuladores y a los que llama “temazcales de spa”. Explica que en estos lugares se olvidan de toda la parte tradicional y simplemente se enfocan en el calor a través de las altas temperaturas.

Estos ‘temazcales de spa’ están de moda, es gente que asistió a uno tradicional, vio más o menos cómo eran y se dio a la tarea de contratar a un albañil para que les construyeran el espacio en el patio de su casa y así ofrecer el servicio

Para Javier no es tan sencillo, pues además de que la tradición tiene que ser transmitida y entendida, el diseño del temazcal debe tener una congruencia en sus coordinadas dependiendo con lo que se va trabajar ahí, además de saber tratar a cada uno de los elementos que se utilizan en el proceso.

Cuenta que en alguna ocasión, dentro de Michoacán, le tocó observar un temazcal donde las piedras eran calentadas con basura y todos los desechos que podían encontrar alrededor, lo que consideró como una falta de respeto a la tradición.

Aunque admite que los “temazcales de spa” no son del todo de su agrado, reconoce que también dejan algo positivo para quien asiste, pues a final de cuentas, señala que las personas logran desintoxicar su cuerpo.

Estar con una misma

Hace 12 años que Paola Guajardo conoció los temazcales. Describe la experiencia como un contacto espiritual y un trabajo personal, pero que al mismo tiempo te lleva a un proceso de conexión con la madre Tierra.

Siempre es bueno hacer un alto y a mí los temazcales me han servido para eso, el detenerme y reflexionar, conocerme un poco más, para saber y plantearte qué es lo que quieres para ti y estar más cerca de tu esencia

Antes de ingresar al llamado “ombligo de la madre”, cuenta Paola que se inicia un proceso de relajación, siempre tratando de conectar con la intención que se tiene para ese temazcal. Ya estando dentro, explica que solamente se debe vivir el momento, dejarse llevar y enfocarse en sentir: los cantos, el calor y la respiración.

Aparte de los beneficios físicos, Paola expone que el aprendizaje es el de estar en el aquí y en el ahora. Tomar consciencia y recordar cómo llegaban a hacer los temazcales nuestros antepasados y al mismo tiempo, esa sabiduría ancestral irla absorbiendo para entender los simbolismos y los mensajes.

Resistir al tiempo

Llegó un tiempo en que los temazcales eran mixtos. Ya no sólo se trataban de casas de enseñanza para las mujeres, ahora también los hombres podían llegar después de las jornadas de cacería y disfrutar del vapor. Las comunidades se percataron de que el beneficio era para todos.

Pero tras la conquista, relata Javier que los españoles intentaron esconder la tradición y la mandaron lejos, a los pueblos del norte. Ya establecidos los temazcales ahí, se comenzaron a modificar los fundamentos y fueron sustituidos por líneas más machistas: a ninguna mujer se le permitía ya el ingreso.

Cuando regresa a México el temazcal, ya venía muy marcado con esta tendencia, pero poco a poco se ha ido trabajando en el rescate de lo que era la tradición inicial, entonces si tú asistes a una ceremonia te darás cuenta que se busca honrar a las mujeres y reconocer el papel que tenían

Javier resume la experiencia del temazcal como una enseñanza. Dice que la ceremonia no se trata de una religión o una secta, ni que tampoco se pretende cambiar la ideología de las personas que asisten, sino que simplemente es una manera de acercarnos para conocer cómo vivían nuestros abuelos.

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Cuentan los abuelos que en los viejos tiempos, las mujeres, desde muy niñas, tenían una casa de enseñanza en la cual aprendían a vivir y a su vez, eran preparadas para recibir su primera menstruación, o su primera luna como le llamaban los pueblos náhuatl. Ese sitio era una representación del vientre de una madre, el temazcal, baño prehispánico que sobrevivió a la conquista española y que también sobrevive a nuestros tiempos.

Con 48 años de edad y 15 de haber iniciado contacto con el universo de los temazcales, Javier Manríquez Ferreira habla sobre la tradición, los beneficios físicos que se obtienen y todo lo que representa que estas casas ancestrales de vapor sigan vigentes en las ciudades y comunidades del país.

Es una terapia donde uno se mete al temazcal para dejar todo lo negativo y sustituirlo por cosas positivas, si lo vemos científicamente consiste en subir la temperatura de tal forma que nuestro cuerpo comience a sudar para desintoxicarse

Pero más allá de eso, Javier resalta la cosmovisión de los abuelos, el aprender cómo vivían, sus modos de respetar la tierra y honrar a los elementos que la conforman, como el agua, el viento, el fuego y las plantas.

Entramos al vientre de la madre Tierra a renovar nuestra energía, a conectarnos con nosotros mismos, se produce una oscuridad total al interior del temazcal y eso nos permite no tener ningún distractor visual, lo que nos obliga a estar pendientes de lo que está sintiendo nuestro cuerpo

En este sentido, expone que todas estas condiciones permiten hacer un trabajo de introspección, de autoconocimiento, el poder ver problemas de nuestra vida cotidiana que no le tomábamos importancia por el mismo ritmo de la rutina, pero que ya estando dentro del temazcal lo detectas y lo transformas.

Cada temazcal es diferente y dependiendo de la situación, se le añaden elementos extras. Javier ejemplifica que si una persona se presenta con problemas respiratorios, al centro, donde se encuentran las piedras volcánicas, se inserta la planta medicinal del eucalipto.

Todo el proceso de un temazcal se disfruta mucho, desde la preparación cuando se están calentando las piedras, recibirlas en el centro del ombligo de la madre y trabajar con el agua para saber controlar la temperatura; pero a mí al final lo que más me gusta es poder transmitir el conocimiento que nos dejaron los abuelos

La moda

Si bien no existe un padrón de cuántos temazcales existen en Michoacán, Javier estima que simplemente en Morelia se tiene conocimiento de unos 15 a 20 lugares, mientras que en el oriente del estado y en la zona de la meseta purépecha se registra una parte importante de esta tradición.

Sin embargo, también alerta de los temazcales que son simuladores y a los que llama “temazcales de spa”. Explica que en estos lugares se olvidan de toda la parte tradicional y simplemente se enfocan en el calor a través de las altas temperaturas.

Estos ‘temazcales de spa’ están de moda, es gente que asistió a uno tradicional, vio más o menos cómo eran y se dio a la tarea de contratar a un albañil para que les construyeran el espacio en el patio de su casa y así ofrecer el servicio

Para Javier no es tan sencillo, pues además de que la tradición tiene que ser transmitida y entendida, el diseño del temazcal debe tener una congruencia en sus coordinadas dependiendo con lo que se va trabajar ahí, además de saber tratar a cada uno de los elementos que se utilizan en el proceso.

Cuenta que en alguna ocasión, dentro de Michoacán, le tocó observar un temazcal donde las piedras eran calentadas con basura y todos los desechos que podían encontrar alrededor, lo que consideró como una falta de respeto a la tradición.

Aunque admite que los “temazcales de spa” no son del todo de su agrado, reconoce que también dejan algo positivo para quien asiste, pues a final de cuentas, señala que las personas logran desintoxicar su cuerpo.

Estar con una misma

Hace 12 años que Paola Guajardo conoció los temazcales. Describe la experiencia como un contacto espiritual y un trabajo personal, pero que al mismo tiempo te lleva a un proceso de conexión con la madre Tierra.

Siempre es bueno hacer un alto y a mí los temazcales me han servido para eso, el detenerme y reflexionar, conocerme un poco más, para saber y plantearte qué es lo que quieres para ti y estar más cerca de tu esencia

Antes de ingresar al llamado “ombligo de la madre”, cuenta Paola que se inicia un proceso de relajación, siempre tratando de conectar con la intención que se tiene para ese temazcal. Ya estando dentro, explica que solamente se debe vivir el momento, dejarse llevar y enfocarse en sentir: los cantos, el calor y la respiración.

Aparte de los beneficios físicos, Paola expone que el aprendizaje es el de estar en el aquí y en el ahora. Tomar consciencia y recordar cómo llegaban a hacer los temazcales nuestros antepasados y al mismo tiempo, esa sabiduría ancestral irla absorbiendo para entender los simbolismos y los mensajes.

Resistir al tiempo

Llegó un tiempo en que los temazcales eran mixtos. Ya no sólo se trataban de casas de enseñanza para las mujeres, ahora también los hombres podían llegar después de las jornadas de cacería y disfrutar del vapor. Las comunidades se percataron de que el beneficio era para todos.

Pero tras la conquista, relata Javier que los españoles intentaron esconder la tradición y la mandaron lejos, a los pueblos del norte. Ya establecidos los temazcales ahí, se comenzaron a modificar los fundamentos y fueron sustituidos por líneas más machistas: a ninguna mujer se le permitía ya el ingreso.

Cuando regresa a México el temazcal, ya venía muy marcado con esta tendencia, pero poco a poco se ha ido trabajando en el rescate de lo que era la tradición inicial, entonces si tú asistes a una ceremonia te darás cuenta que se busca honrar a las mujeres y reconocer el papel que tenían

Javier resume la experiencia del temazcal como una enseñanza. Dice que la ceremonia no se trata de una religión o una secta, ni que tampoco se pretende cambiar la ideología de las personas que asisten, sino que simplemente es una manera de acercarnos para conocer cómo vivían nuestros abuelos.

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