Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- La relevancia de la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, dentro del proceso independentista es innegable. No solo por ser la cuna de muchos de los héroes novohispanos tal como José María Morelos, Josefa Ortíz de Domínguez y el primer emperador Agustín de Iturbide.
Sin embargo, uno de los personajes un tanto olvidados de la Independencia es Manuel Villalongín, que pasó a la historia gracias a su valentía y entrega al amor, al rescatar a su esposa de las manos de los realistas quienes buscaban chantajearlo con ella. Este heroico rescate ocurrió en el lugar que hoy en día lleva su nombre, en la antigua Plaza de las Ánimas, llamada actualmente Plaza Manuel Villalongín.
Manuel Villalongín y Navarro nació en 1777, en la ciudad de Valladolid de la Nueva España, hijo de José Lino Villalongín y María de la Luz Navarro y Camino. Al quedarse huérfano a corta edad, comienza como aprendiz de un comerciante español de la ciudad, mismo que lo protege durante su crecimiento. Pronto comienza a labrar la tierra en terrenos propios de la familia materna en Atapaneo, para subsecuentemente hacerse un adinerado hacendado y casarse en 1802 con Josefa Huerta Escalante, con quien tuvo tres hijos.
Villalongín es invitado a las primeras juntas que se realizaban en Valladolid en 1809 para crear un gobierno independiente de España, ya que se encontraba bajo el poder de José Napoleón, hermano del emperador Napoléon I de Francia.
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Al fallar la Junta de Valladolid, en 1810 recibe la invitación del mismo Miguel Hidalgo para ser parte del movimiento insurgente, el cual arribaba a la ciudad de la cantera rosa. Manuel acepta y se vuelve un ávido militar y un líder nato.
Para 1811, el militar realista Torcuato Trujillo es enviado a combatir las fuerzas insurgentes a Valladolid, por lo que descubre la relevancia de la figura de Villalongín y decide obligarlo a rendirse secuestrando a su esposa.
Para la mala suerte de Trujillo, el antes hacendado decide arriesgar su vida para salvar a su esposa y ataca el fuerte donde se encontraba encerrada, mismo que fue instalado en las inmediaciones del Convento de las Ánimas.
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Según historiadores, Manuel Villalongín arribó a todo galope al lugar junto con un grupo de pobladores que mantenían su lealtad al soldado para crear una distracción mientras él realizaba el rescate. Luchando valientemente contra los soldados que mantenían cautiva a su esposa, lograron ponerla a salvo sin que alguno de sus allegados fuera herido o capturado.
Después de varias modificaciones a la plaza donde se realizó dicho rescate, fue nombrada en honor al insurgente que decidió arriesgar su vida por amor, saliendo triunfante y trascendiendo como un héroe de la Independencia.