Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Ha ganado 8 concursos a nivel nacional. De inversión económica y de tiempo, ya perdió la cuenta. En su vida, suma por lo menos 60 personajes interpretados en cosplay y en este 2020 promete ir por más. Es Daniela Martínez, tiene 27 años de edad, pero desde los 12 sabía que estaría eternamente relacionada al anime.
Hija de una actriz, desde pequeña supo lo que era estar arriba de un escenario y perder el pánico escénico. A los 12 años, Daniela pidió como regalo de Navidad solamente un disfraz de Shampoo, personaje de la caricatura Ranma 1/2.
Al cumplido se le añadió una visita a una convención de cómics que se realizó en Morelia. Todo mundo le pedía fotografías y los reconocimientos a su disfraz iban y venía de un lado a otro. Daniela confiesa que la sensación le gustó tanto que a partir de ahí todos los ahorros que lograba acumular se dirigían a hacerse de nuevos disfraces.
Creyente de que el cosplay es para todos, considera que también es importante saber elegir, mantener un equilibrio para que tengas un parecido real con el personaje. Al pasar de los años, refiere que se van adquiriendo habilidades al momento de caracterizarse. Desde la elección de una peluca y hasta la creatividad en la indumentaria, son aspectos que juegan un rol clave para poder ganar un concurso.
Es un gusto caro, pues un cosplay sencillo mínimo te llega a costar mil pesos, ya que elementos como las pelucas y los pupilentes oscilan entre los 300 y 400 pesos, ahora que sí decides usar cosas más trabajadas como una armadura, te puedes llegar a gastar hasta 4 mil pesos
A eso se le suma el tiempo que le lleva caracterizarse. Calcula que por lo menos requiere de 4 horas para poder estar conforme con su cosplay, pero el trabajo no se limita a un solo día. Relata que desde que nace una idea en su cabeza y hasta que la ejecuta, le toma un lapso de dos meses de planeación.
Lo que le sigue es conseguir todo lo que necesita y para ello, admite que Morelia es limitada. Se tienen que recurrir a tiendas que se ubican en la Ciudad de México y Guadalajara, o bien, hacer compras en sucursales virtuales.
Dentro de su casa cuenta con un cuarto exclusivo para sus cosplays, pero con los años el espacio se ha vuelto insuficiente. Con ingenio y un poco por necesidad, ha tenido que desarmar varios de los elementos que utiliza en sus caracterizaciones para que sigan teniendo cabida.
Daniela no es tímida. Desde el primer momento que la conoces en la Friki Plaza te sonríe, bromea, te explica cuáles son sus videojuegos favoritos y se deja tomar fotografías sin ningún tipo de restricción. Y es que para ella es una idea equívoca pensar que la gente que ama el anime y el cosplay son seres que viven bajo el temor y el aislamiento constante.
Para esto hay que tener mucha seguridad en ti mismo, en tu vida diaria. Cuando tengas el cosplay de verdad creértela porque se requiere de un valor para ponértelo y así salir a la calle. Yo como personaje no voy a permitir que nadie me esté menospreciando, sobre todo porque caracterizarse es todo un logro porque no es tan fácil conseguir todas las cosas y ni mucho menos el dinero para ello
Para Daniela el cosplay no solamente implica un gusto por el anime, sino que va de la mano con muchas ramas del arte porque se involucra al teatro, el canto y el baile. Pero también sabe que es complicado que la sociedad lo mire así, pues aunque reconoce que en los últimos años se ha tenido una mayor aceptación a estos grupos, las burlas y manifestaciones violentas no cesan del todo.
Antes los niveles de rechazo eran mayores, en una ocasión un chico hizo un cosplay de una mujer y unos chavos se acercaron, al darse cuenta de que en realidad se trataba de un hombre, le propinaron una golpiza que lo terminaron mandando al hospital
Al día de hoy, los ojos despectivos, las burlas y fotografías son una constante para quienes deciden caracterizarse de algún personaje. Pero Daniela también celebra que de a poco hayan logrado apropiarse de espacios como la Friki Plaza, sitio donde se congregan para conocerse unos a otros y crear una comunidad solidaria.
En su caso, el acoso sexual ha estado presente y con lamento, aseguró que a cualquier mujer que haga cosplay que se le pregunte sobre el tema, habrá vivido una situación similar.
Estaba a punto de llegar al Centro de Convenciones, traía una falda corta por el perfil de mi personaje, entonces un tipo se me acercó con el pretexto de tomarse una fotografía, pero aprovechándose de la situación me manoseó y me llené miedo porque estaba sola
Daniela insiste que es la seguridad individual lo que le ha hecho montar una defensa ante el desprecio social, esa misma seguridad que ahora trata de transmitir a sus amigos y a su hija, quien ya ganó su primer concurso de cosplay.
Dice que afortunadamente cuenta con el respaldo familiar en esta pasión, desde su mamá que también ha hecho cosplay y la ha acompañado a convenciones, hasta seres queridos que le llegan a aportar dinero para que pueda hacerse de más vestuarios.
La indiferencia ha sido el mejor escudo que pudo fabricarse Daniela ante los que desprecian lo diferente. Pero a esta altura, poco o nada importa el rechazo. Segura como es, comparte que no cambiaría nunca ese momento en el que sube al escenario y a través de un personaje de anime, puede ser y explayarse para poner un pedacito de su alma y dejarlo plantado para siempre en los que sí se atreven a mirar.