Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- En una casa totalmente tapizada de los colores rojo y amarillo, cuenta lo que significó el equipo para él y su familia. No solamente se trataba de estar presentes cada 15 días en las gradas del estadio Morelos, sino que era más bien una pasión cotidiana.
“Viajábamos, mi mamá antes de que falleciera ella organizaba los viajes para seguir al equipo, nos íbamos a los entrenamientos y así encontramos este modo de seguirlos; la noticia sí pega porque a final de cuentas nosotros éramos seguros en el estadio, siempre podían contar con nosotros, recorrimos casi todas las canchas del país”.
Las fotos en las paredes son el testimonio de lo que relata. Lo mismo aparece con ídolos como Marco Antonio “Fantasma” Figueroa que con jugadores de la última plantilla. En un costado del muro, ha dedicado una sección especial para su madre. Aparece en una lona gigante sonriente y con su playera rojiamarilla.
Ella era aficionada de hueso colorado, al principio no le gustaba y al final se terminó apasionando más que nadie. Cuando recién falleció nos empezamos a distanciar, pero nunca dejamos de asistir al estadio, por eso es triste esta noticia porque aunque viniera otra franquicia, pues no sería lo mismo
Por ahora dice que no quiere pensar en el futuro. Ha escuchado del proyecto de revivir a los Canarios del Atlético Morelia, pero en este proceso de duelo, le cuesta trabajo asimilarlo. “A lo mejor estaría bien, dicen que los cambios son por algo, pero sí duele, uno se encariña y se identifica con los colores”.
Felipe se muestra melancólico. A su madre ya no le tocó, pero si desde algún sitio se puede enterar de todo, quién sabe qué pensará de lo que hace algunas semanas era impensable: que su hijo se quedara sin equipo y sin tradición.