Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Carlos Adrián Morales no tiene reparos en identificarse como alguien que pertenece a la “vieja escuela”. El exfutbolista profesional e ídolo de Monarcas Morelia es crítico ante la modernidad que envuelve al futbol en la actualidad. “Se ha perdido la esencia de este deporte”, expresa tajantemente en una conversación con el Sol de Morelia.
Tras 23 años de carrera dentro de diferentes clubes del balompié mexicano, Carlos Morales ha hecho lo propio para convertirse en director técnico y luego de un breve interinato en el que estuvo al frente del Toluca, ha comenzado a formularse la realidad que vive el jugador de futbol a nivel mundial, una donde, asegura, cada vez están más robotizados.
“El futbol de ahora está más actualizado en cuestión de mercadotecnia, pero no es la esencia natural del jugador y es algo que se ha perdido. Yo soy de la vieja escuela y ahora veo que los jóvenes tienen un chat en el celular donde el entrenador hasta les indican los horarios de sus entrenamientos, cuando antes sin teléfonos el contacto era directo y uno tenía que memorizarlo todo”.
Aunque a primera vista parece un detalle menor, el exjugador campeón con Monarcas y Pachuca considera que esto genera que el futbolista vaya perdiendo iniciativa, por lo que, al tener contacto con juveniles de las inferiores de los Diablos Rojos, compartió que siempre les hizo hincapié en que no tuvieran miedo en equivocarse dentro de la cancha porque era parte de su formación.
La mecanización del deporte, abunda, se vio reflejada en el pasado Campeonato Mundial de Qatar, donde ironiza sobre el hecho de que hasta los balones de futbol se ponían a cargar como si fueran aparatos electrónicos, dejando de lado la experiencia que implica el inflar con tus propias manos la pelota.
“Y luego ese balón trae al interior un chip que le va a indicar al árbitro si entró o no a la portería, pero yo prefiero que se equivoque el humano a cambio de que no se le quite la esencia de lo que es el futbol. También entiendo que hay que actualizarnos para estar dentro del mundo del futbol, seguir esa línea aunque no me guste”.
Los esquemas y sistemas tácticos dentro de la cancha también han ido modificándose con el paso de los años, pero para Carlos Morales esto también resulta un arma de doble filo y para ejemplificarlo cita el caso de la selección de Brasil.
“En la etapa del jogo bonito, los laterales de Brasil parecían extremos y ahora pregúntense cuántos de ellos van al ataque, cuántas veces marcan gol. También está el tema del famoso diez, la posición de los creativos que desaparecieron como Cuauhtémoc Blanco, Fabián Estay, Javier Lozano y Zinha; pero esto es culpa de los entrenadores, porque en la actualidad, en cualquier parte del mundo, les escuchas decir que el que no corre no va a jugar, sin importarle que tengan la técnica necesaria”.
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Dicha sistematización, refiere, provoca que el futbolista entre a la cancha con el temor de ser sancionado por su propio director técnico por no seguir al pie de la letra las indicaciones que se le dan, como si de un reglamento se tratara.
En este sentido y pensando en la filosofía que él busca implementar en la carrera de entrenador que recientemente comenzó, expone que se debe ser más abierto, dejar que los futbolistas también tomen decisiones dentro de la cancha, pese al trabajo previo que se realizó durante la semana.
Al hacer un análisis de las selecciones que participaron en el Mundial de Futbol, el joven estratega refiere que es de su agrado el estilo que presentó España, aunque también es crítico al señalar que la posesión excesiva del balón no implica que en automático se llegue a la victoria.
“Yo quiero hacer una fusión de estilos de varios entrenadores como Rubén Omar Romano y Enrique Meza, tener jugadores que tengan buena llegada por las bandas, pero también contar con variantes para poder defendernos”.
Pero más allá de la parte táctica, considera que el Campeonato del Mundo dejó en claro que el convencimiento del entrenador hacia los jugadores juega un papel fundamental, como fue en el caso Marruecos.
“Era una selección que no tenía jugadores de gran talla internacional, pero todos corrían, metían y cuando había que atacar lo hacían en bloque al igual que al momento de defender, entonces yo creo que pasa más por un convencimiento, el que el entrenador entienda al jugador y viceversa”.
Si bien a los entrenadores mexicanos se les critica por no salir a dirigir al extranjero, el exlateral señala que es difícil hacerlo cuando no se les da la oportunidad ni siquiera en México, por lo que pensar en salir se vuelve todavía más complicado.
Saber decir adiós
Carlos Morales es de los pocos futbolistas mexicanos que lograron alargar su carrera por más de veinte años. Luego de debutar en el año de 1998 bajo el mando de Tomás Boy, se despidió de las canchas en el Clausura 2019 con la camiseta de Monarcas. Es decir, se trata de un jugador que le tocó criarse en los viejos procesos formativos, pero cerró su trayectoria dentro del llamado futbol moderno.
A diferencia de otros colegas de profesión, señala que tuvo la capacidad de saber retirarse a tiempo, cuando la idea le comenzó a atravesar en su última etapa con Monarcas y posteriormente con Lobos Buap.
“Yo tomé la decisión a los 39 años porque fueron más de veinte años donde viví muchas cosas positivas en primera división, muchas veces los compañeros se van por alguna lesión o porque el técnico y los directivos le van cerrando las puertas, pero afortunadamente no fue mi caso, quedé totalmente satisfecho porque todos los días en los entrenamientos me partí la madre”.
Para el exfutbolista no es posible precisar qué tan preparado están los jugadores para afrontar el retiro, pues enfatiza que al final son seres humanos y se trata de un trabajo como cualquier otro, con la diferencia de que la carrera es más corta a comparación de otras profesiones.
“Al final cada uno sabe lo que va a enfrentarse cuando toma la decisión de retirarse, para unos es más fácil y para otros no tanto, pero al final como seres humanos buscamos estar lo mejor posible y realmente nunca se está preparado para una situación de este tipo”.
Al decir adiós al futbol profesional, las ruedas de prensa, los autógrafos y lo reflectores quedan de lado, pero en su caso, afirma que no es algo que extrañe ni tampoco tome como un alivio, pues a tres años de haberse retirado, agradece que todavía los aficionados lo siguen recordando.
Sobre cuál fue la clave que para no caer en la trampa de despilfarrar el dinero como le ha sucedido a otros futbolistas, Carlos Morales reconoce que el entonces presidente de Monarcas Morelia, Álvaro Dávila, jugó un papel importante en esta parte, ya que lo considera un directivo que apoya a los jugadores.
Por otra parte, el michoacano expone que de manera personal le ayudó mucho el haberse casado a temprana edad, puesto que argumenta que pudo adquirir una maduración como persona más rápidamente que otros compañeros.
“Te cuento lo que yo conozco y gracias al apoyo de mi esposa e hijos pude alargar la carrera más de veinte años, sumado a que nunca tuve lesiones graves, desgarres, tirones o cirugías de rodillas, por eso me fui tranquilo cuando tomé la decisión porque bien pude jugar hasta los 41 años, pero creo que ya era el momento de decir adiós”.
Luego de concretar su retiro, Carlos Morales encontró rápidamente trabajo como director de las Fuerzas Básicas del Toluca y en este tenor, afirma que no ha perdido la intensidad, la pasión y la intención de ganar en todo momento como cuando era futbolista.
El originario de La Piedad añade que es precisamente bajo esa filosofía como busca manejarse ahora en su etapa como entrenador, pues desde su percepción, la intensidad debe estar presente en todos los entrenamientos, incluso en aquellas actividades que parezcan de recreación como es el caso del llamado “torito”.