Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Sacrificios económicos, angustias, emociones y nervios, son algunas de las cosas que suelen vivir las mamás de los deportistas, quienes inclusive llegan a sufrir más que el propio atleta.
Este es el caso de Rocío Cuevas, madre de la ciclista michoacana Pamela Quintana, quien desde los 6 años de edad ha sido impulsada por su familia para no dejar esta disciplina, en la que ha conseguido ser campeona nacional y centroamericana.
“Sí es un poco estresante vivirlo como mamá, desde que empezó a competir siendo niña, yo era la típica madre que corría por toda la pista gritando, cuando gana lloro, si va competir sufro mucho y ni puedo dormir”.
Y es que en este andar de acompañar a su hija, se presentan momentos de todo tipo, como aquel Campeonato Mundial de BMX en el que Pamela Quintana se lesionó y tuvo que ser operada en un país ajeno al suyo.
“Afortunadamente yo me encontraba ahí, si no ni quiero pensar lo que hubiera sido eso, tuve que buscar nuevos vuelos porque ya no podíamos regresar de inmediato como lo teníamos planeado, entonces sí es un sufrimiento el que se da”.
Asimismo, compartió que les ha tocado realizar maniobras inverosímiles para lograr que Pamela Quintana compita, como aquella ocasión en la que Rocío Cuevas viajó de Costa Rica a México para firmar unos documentos que eran necesarios para que la michoacana pudiera correr.
Otro aspecto que suele ser un desafío es el tema económico, pues en muchas ocasiones los deportistas no son apoyados por las instituciones, lo que obliga a los padres de familia a solventar los gastos para que el atleta pueda competir en otras entidades y países.
Sigue leyendo: Artes Marciales Mixtas se reinventan durante la pandemia
En este sentido, la mamá de Pamela Quintana apuntó es el papá de la ciclista quien destina los gastos importantes para que pueda seguir dentro del BMX, pues además se presentan otras necesidades como piezas que requiere su bicicleta, atención con ciertos entrenadores y nutriólogos.
“Yo al principio sí era de llevarla al ballet, que tomara clases de baile y cosas que están estigmatizadas como deporte femenino; pero la verdad es que me di cuenta que me encantaba el ambiente deportivo, que vayamos toda la familia. Además vimos que era buena, corría contra niños y no le podían ganar”.
Finalmente, como mamá, Rocío Cuevas dijo que también sabe detectar cuando su hija necesita un descanso y comprende que hay días en que no exista el ánimo para ir a entrenar, pues resaltó que son muchos años en los que Pamela Quintana se levanta temprano para hacer sus rutinas físicas.