Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- La noche del 13 de marzo, cuando las autoridades gubernamentales se debatían entre cancelar o no los eventos masivos por la entrada del coronavirus, Monarcas Morelia goleó 4 goles contra cero a los Gallos Blancos de Querétaro, en el estadio Morelos. Con ese resultado y las combinaciones del resto de la jornada 10, el equipo de Pablo Guede llegaba a la posición número nueve del torneo y entonces la afición soñaba con otra liguilla, luego del pobre arranque de los purépechas.
Pero había dos cosas que nadie imaginaba esa noche. Una, que el torneo no se jugaría más. Y la otra, que esa sería la última vez que Monarcas Morelia disputaría un partido de Primera División. Los encuentros de sábado y domingo se jugaron a puerta cerrada y para la siguiente semana se dijo que el torneo quedaba pospuesto, pero a mediados de junio se oficializó que el balón ya no iba a rodar en las canchas mexicanas para el Torneo de Clausura 2020.
La alineación que pasará a la historia por ser el último 11 inicial estuvo conformada por Luis Malagón en la portería, Efraín Velarde, Sebastián Vegas, Gonzalo Jara y Shaggy Martínez en la defensa; Martín Rodríguez, Cándido Ramírez, Lucas Villafañez y Rodrigo Millar en la media, con Aldo Rocha y Fernando Aristeguieta en la delantera. Carlos Vargas, Mario Osuna y Roberto Meraz entraron de cambio, mientras que Sebastián Sosa, José Ortiz, Luis Mendoza y Miguel Sansores observaron en primera fila lo que quedará marcada como la última batalla Monarca.
Los goles de ese partido, ahora icónico, estuvieron a cargo de Aldo Rocha al 43 y 52; Martín Rodríguez al 57 y el cerrojo lo puso uno de los jugadores más apapachados por la afición: “El Shaggy” Martínez, quien aprovechó el regalo de un defensa gallo para simplemente fusilar al arquero y sellar la goliza. El hombre cuyo rostro es tan parecido con el personaje de una serie animada de los 80 festejó formando un corazón con sus dedos, el mismo corazón que, algunos meses después, está roto entre los hinchas canarios, quienes jamás pensaron que su equipo se iba a ir por una decisión de negocios.
Aquella noche Monarcas se acercaba a la fiesta grande, pero pocos sabían que, en realidad, en sus oficinas se tramaba un cambio de planes que se hizo oficial este 2 de junio.