Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Desde hace casi tres años las puertas del complejo acuático del fraccionamiento Villa Magna se encuentran cerradas. A los alrededores hay maleza y basura, mientras que en los muros traseros se observan varios grafitis elaborados a placer. Justo frente al acceso principal, un par de niños juegan con sus escopetas de juguete. Simulan que están en una batalla de balas y solamente interrumpen la imaginación por unos segundos para saludar al convoy de militares que circula parsimoniosamente por la avenida.
Del otro lado de la calle, don Gerardo y su esposa tienen montado su puesto de tacos de canasta, pero son pocos los clientes que se acercan. Con lamento, explican que desde que cerró el complejo acuático las ventas ya no son las mismas, pues anteriormente la vida a los alrededores de la alberca comenzaba a eso de la seis de la mañana y se extendía hasta las nueve de la noche.
Situada en su salón de belleza, Hermelinda Martínez Hernández relata que ocupó el cargo de encargada del orden de Villa Magna por un periodo de seis años, durante las administraciones municipales de Wilfrido Lázaro Medina y la primera etapa de Alfonso Martínez Alcázar como alcalde independiente.
Fue en la gestión del priísta, abunda, cuando surgió la idea de construir un espacio deportivo para esta zona de la ciudad, donde además de los colonos del fraccionamiento, pudieran acudir los vecinos de Villas del Pedregal, Lomas de la Maestranza y La Hacienda.
Pero más allá de la alberca, detalla que el proyecto inicial contemplaba un polideportivo que estaría conformado por una cancha de futbol rápido, una trotapista, una cancha de baloncesto, un gimnasio al aire libre y otro al interior del complejo acuático, un teatro, un salón de usos múltiples, una zona de asadores y el bardeado alrededor de las áreas verdes.
“Nosotros tenemos entendido que para la construcción de la alberca se invirtieron diez millones de pesos que fueron donados por la Coca-Cola y el acuerdo era que, en un esfuerzo conjunto entre el Gobierno Municipal, Estatal y Federal, se concretara la construcción del deportivo, pero lamentablemente esto ya no se cumplió”.
La información oficial precisa que la instalación del complejo acuático tuvo una inversión de 17 millones de pesos, los cuales fueron gestionados ante la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y la fundación Movimiento es Salud.
En el periodo de Raúl Morón Orozco, la alberca comenzó a presentar fallas en su sistema y el deterioro fue en incremento hasta que llegó el momento en que la administración decidió cerrarla en medio del contexto de la pandemia. Uno de los argumentos que se mencionaron constantemente en aquellos años, es que el complejo no era redituable y que estaba resultando poco atractivo para los vecinos de la zona.
Sin embargo, Hermelinda Martínez desmiente dicha versión, pues asegura que se llegaron a contabilizar a más de 600 usuarios, incluidos los que venían de colonias que se ubican después del crucero de Salida a Quiroga.
“En la etapa de Raúl Morón comienzan a subir los costos de inscripción y mensualidad de las clases de natación, evidentemente mucha gente de este distrito ya no pudo pagarlo y dejaron de asistir, pero es una pena porque el proyecto justamente se conformó para que fuera un servicio a bajo costo”.
El Sol de Morelia solicitó al Instituto Municipal de Cultura Física y Deporte (Imcufide) una entrevista con la directora, Verónica Zamudio Ibarra, para conocer el estado de infraestructura que guarda la alberca actualmente, así como la inversión que se requiere para ser reabierta, sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se obtuvo una respuesta favorable.
No obstante, de acuerdo con la última información que proporcionó la paramunicipal a medios de comunicación el pasado mes de diciembre, el estudio que se hizo previamente arrojó que se necesita de un millón 400 mil pesos para reparar las bombas y calderas.
La reapertura del lugar se ha venido alargando desde el inicio de la segunda gestión de Alfonso Martínez en el Ayuntamiento de Morelia, pues en primera instancia se aseguraba que sería en 2022 cuando podría estar lista la rehabilitación, pero ahora la fecha se ha trasladado a los primeros meses de este año.
A decir de Hermelinda Martínez, las idas y venidas de funcionarios municipales al complejo han sido frecuentes, pero considera que al final siguen quedando más incertidumbres que certezas. Con la inactividad de la alberca, dice que no solo la dinámica de movimiento se perdió en el fraccionamiento, sino en toda esta zona de la ciudad que no cuenta con un área para la práctica del deporte.
Tomando en cuenta que las colonias que se encuentran a las afueras de Morelia se caracterizan por ser de escasos recursos, argumenta que son pocas las familias que pueden sostener diariamente un traslado a unidades deportivas como la de Morelos-Indeco y Bicentenario.
A más de siete años de aquel día en que se cortó el listón de lo que se soñaba como un gran proyecto polideportivo, hoy solo quedan señales de abandono, incluso en esa placa color dorado que da la bienvenida al lugar y se encuentra prácticamente destrozada, impidiendo ver el nombre de los funcionarios que inauguraron la obra.
