Muchos hemos escuchado que algunas personas sufren del llamado síndrome de Peter Pan, término utilizado para señalar a algunos adultos como inmaduros y que no quieren crecer.
Sin embargo, las analogías con ese personaje de ficción y muchos otros son más comunes de lo que se cree, pues existen varios trastornos y patologías que son ejemplificadas con innumerables creaciones animadas.
La psicóloga Celia Rodríguez, en su estudio sobre las patologías en personajes animados, nos da una clara muestra de ese fenómeno; en su análisis publicado en 2008 hace referencia a varios personajes de Disney con los que explica algunos trastornos de la vida real.
En el sitio web Psicologosprincesa81 la especialista señala que innumerables personajes de ficción muestran continuamente comportamientos y conductas fácilmente identificables y equiparables a trastornos y padecimientos registrados en la vida real.
A continuación te mencionamos los más populares, de acuerdo a lo señalado por la especialista Celia Rodríguez en su estudio sobre enfermedades mentales vistas en dibujos animados:
Patologías animadas
La joven mujer del mundo fantástico de Peter Pan padecía el síndrome de Wendy, el cual se utiliza para referirse a quienes ejercen el rol de madre continuamente.
Campanita padece histrionismo, un trastorno de la personalidad que consiste en exagerar su comportamiento para calmar su necesidad de atención.
Garfio, el villano pirata de la clásica historia animada, sufre de estrés postraumático, pues continuamente revive con temor extremo el daño que le causó el cocodrilo cada que escucha el ritmo de un reloj.
La popular Sirenita y el simpático robot Wall-E muestran un trastorno por acumulación, pues no olvidemos que tenían un impulso inusual por acumular objetos que a simple vista no tenían uso. Otro padecimiento que nos ejemplifica la bella sirena es el trastorno conversivo, pues pierde la voz sin que exista una causa médica, lo que significa que su problema es psicológico.
El querido y amado Pato Donald padece, como muchos sabemos, un trastorno del lenguaje.
Woody, el juguete protagonista de la saga Toy Story, tiene un trastorno de ansiedad por separación, ya que muestra evidente dificultad para separarse de su dueño Andy y sufre cada vez que él se va.
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Tal vez uno de los más evidentes sea el que podemos observar en Dori, la pez que acompaña al padre de Nemo, pues tiene un claro síndrome amnésico con problemas para retener datos recientes.
Pocahontas padece de sinestesia, un fenómeno sensorial que consiste en experimentar un sentido al mismo tiempo que otro, pues no olvidemos que podía ver colores en el viento.
Jack-Jack, el bebé de la familia de Los Increíbles, tiene un trastorno explosivo intermitente, ya que pierde el control fácilmente cuando se enoja o enfada, al grado de envolverse en fuego lleno de ira.
Pinocho, a quien le crecía la nariz cada vez que no decía la verdad, padece de pseudología fantástica, un comportamiento impulsivo que consiste en no sentir culpa al mentir y hacerlo continuamente.
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El príncipe de La Cenicienta tiene prosopagnosia, un fenómeno que ocasiona la incapacidad de reconocer caras de gente conocida, incluso de familiares, pues no olvidemos que este ilustre caballero no puede recordar el rostro de la mujer con la que bailó durante varias horas.
Abu, el chistoso y curioso macaco de la película de Aladdin, padece cleptomanía, pues acostumbra tomar incontroladamente cualquier objeto y robarlo sin detenerse.
En esa misma historia animada tenemos al extraordinario Genio, quien sufre de hipermimia, una conducta que consiste en exagerar la mímica facial o los gestos cuando se habla o se expresa comúnmente.
La Bella Durmiente no se queda atrás, ella padece de hipersomnia, una manifestación de somnolencia excesiva que provoca sueño en circunstancias diurnas en las que no es habitual.
La bella y carismática Anastasia tiene sonambulismo, pues recordemos que en algún momento de la historia que protagoniza intenta arrojarse por la borda mientras soñaba que se encontraba en una alberca.
Muchos otros ejemplos
Los ejemplos son casi interminables, sólo hay que recordar a casi todos los personajes de “Alicia en el país de las maravillas”. No está de más aclarar que dichas referencias son sólo un ejercicio para facilitar la comprensión de ciertas patologías registradas en seres humanos, en la vida real.