Morelia, Michoacán.- Es cierto que la fe se puede expresar de diferentes maneras, tal como hay personas que se dedican al cien por ciento a la religión, por lo que aspiran al sacerdocio, pero la pregunta es ¿puede un a persona casada dedicarse a ello? Aquí te lo explicamos.
Dentro del ministerio eclesiástico está dividido en tres diferentes sacramentos del orden sacerdotal: los obispos, los sacerdotes y los diáconos.
Los sacerdotes se encuentran en el orden episcopal junto a los presbíteros, mientras que el diaconado es un servicio.
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Así que las diferencias entre ambos están que los sacerdotes son elegidos entre hombres creyentes que viven en el celibato, mientras los diáconos, son espacios en donde participan hombres casados y ejercen la religión.
Según la Arquidiócesis Primada de México Diaconado Permanente, los diáconos participan la misión y gracia de Cristo, además de que reciben el primer grado del sacramento de la orden, pueden asistir al obispo y a los presbíteros, sobre todo en la Eucaristía.
Las actividades del diácono son: bautizar, bendecir matrimonios, asistir a los enfermos con el viático, celebrar la liturgia de la palabra, predicar, evangelizar y catequizar.
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Lo único que no pueden es celebrar el sacramento de la Eucaristía o misa, confesar o administrar el sacramento de la unión de los enfermos.
Para ser diácono, deben tener un desempeño de muchos años la labor pastoral en su parroquia, recibir el apoyo de su párroco, quienes lo presentan y recomienda a la Comisión diocesana.