En el último año, las importaciones de gasolina china se incrementaron 55 por ciento, con lo cual ese país se convirtió en el segundo proveedor de combustibles hacia México, sólo después de Estados Unidos.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE), en los primeros ocho meses de este año el país importó 17 mil 922 millones de litros de gasolina Magna, de los cuales 947.3 millones de litros provinieron del gigante asiático, todos traídos por Pemex, según el Prontuario Estadístico de Petrolíferos de la Secretaría de Energía (Sener).
En ese mismo lapso, pero de 2018, la segunda economía más grande del mundo envió 611.8 millones de litros, lo que representó un alza de 55 por ciento. China desbancó en el último año a Holanda como el segundo proveedor de gasolina tipo Magna. Según la información disponible en la
Secretaría de Economía, México empezó a importar gasolina tipo Magna o verde desde diciembre de 2017, con la entrada de cargamentos de combustible provenientes de Estados Unidos y Holanda.
AVANZAN LOS PRIVADOS
La importación de combustible por parte del sector privado aumentó 123 por ciento, lo que también representó un incremento en su participación en la compra total de gasolina al extranjero.
Actualmente, el sector privado importa 17 por ciento del combustible que ingresa desde el exterior.
El cambio forma parte de la apertura de este mercado, pues previo a la reforma energética aprobada en agosto de 2013, sólo Pemex podía comprar gasolina en el extranjero y revenderla en el país al sector privado.
Según datos de la Secretaría de Energía, al 1 de septiembre pasado el sector privado tenía 309 permisos vigentes para importar el combustible.
Las compras de gasolina Magna iniciaron de la mano del desplome en la producción del Sistema Nacional de Refinación, que se volvió insostenible a partir de diciembre de 2017.
Según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), en enero de hace dos años, las seis refinerías que tiene el país produjeron 46.2 millones de litros diarios de gasolina Magna, pero la falta de inversión en casi todas las procesadoras causó que para diciembre el número bajara a 31 millones de litros.
Las refinerías del sistema son muy antiguas. La planta de Madero, en Tamaulipas, fue construida antes de la expropiación petrolera y tiene más de 100 años de antigüedad.
La refinería más moderna es la de Salina Cruz, en Oaxaca, que fue inaugurada en 1979, hace 40 años.
La falta de inversión y el desplome productivo pusieron a la petrolera estatal en la necesidad de comenzar a traer la gasolina verde de otras latitudes, cuando anteriormente la importación sólo se centraba en la Premium.
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