Ineficientes, escasos e irregulares: así califican a los Bancos del Bienestar [Video]

La red es insuficiente, con apenas 48 sucursales terminadas para los 113 municipios en Michoacán

Francisco Valenzuela | El Sol de Morelia

  · lunes 26 de diciembre de 2022

Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Hace cuatro meses que Marco Antonio López no recibe su beca de Jóvenes Construyendo el Futuro; no es que haya faltado a su trabajo o que la empresa donde labora incumpla con sus obligaciones. El motivo es que en agosto pasado el gobierno federal obligó a los beneficiados a cobrar únicamente con tarjetas del Banco del Bienestar, pero a él se la negaron porque su dirección registrada no coincide con su actual comprobante de domicilio. La razón es simple: se cambió de casa el año pasado, pero el sistema es incapaz de registrar ese movimiento y por lo tanto su dinero lo tienen congelado.

Desesperado, publicó en sus redes sociales que le han pedido enviar correos, llamar por teléfono, levantar quejas en el portal, así como acudir a sus oficinas, sin que hasta la fecha haya habido algún avance. “Cada vez que voy a las oficinas me dicen que no saben, que no hay ninguna cosa que puedan hacer, y que tenga paciencia”, dice en entrevista, pero esa paciencia tendrá que ser aún más grande porque le acaban de avisar sobre un reciente robo de tarjetas que impedirá que le entreguen la suya. “¿Y mientras tanto qué? ¿Cómo pago la renta? ¿Cómo compro comida?”, se pregunta con indignación.

El caso de Marco Antonio solo es una muestra del rezago que enfrenta el gobierno de México para que funcione su oferta financiera conocida como Banco del Bienestar, la cual pretende concentrar los depósitos de diferentes programas sociales como Pensiones para Adultos Mayores, Personas con Discapacidad, Sembrando Vida, Hijos de Madres Trabajadoras y el mencionado Jóvenes Construyendo el Futuro.

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Al día de hoy, en Michoacán hay 1 millón 100 mil personas que reciben apoyos a través de esos programas, y de dicha cantidad, cerca de 400 mil son adultos mayores de 65 años y 10 mil son discapacitados. Todos ellos deberán contar con una tarjeta del Bienestar para los próximos tres meses y cobrar en cajeros de ese banco los depósitos que les hacen cada bimestre, solo que se enfrentarán a un problema: la red es insuficiente, con apenas 48 sucursales terminadas para los 113 municipios, de acuerdo a información proporcionada vía transparencia por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y publicada por el portal Política Expansión en noviembre pasado.


De pie, porque no hay asientos

La propia infraestructura de cada banco es austera, con sólo un cajero, a lo mucho dos ventanillas y una persona que debe atender trámites y dudas de los usuarios. No hay salas de espera ni zonas asignadas para discapacitados, así que todos deben esperar de pie afuera de cada edificio, ante inclemencias del tiempo de acuerdo a cada temporada del año.

Foto: Adid Jiménez | El Sol Morelia

En Morelia, la ciudad que concentra más beneficiarios de los programas del Bienestar, solo hay una sucursal cercana a la Fiscalía General del Estado, donde apenas hay un cajero. Esa zona, además, suele sufrir inundaciones en épocas de lluvia, lo que la hace de difícil acceso.

El delegado del Bienestar en la entidad, Roberto Pantoja Arzola, mencionó a inicios de octubre que en el estado hay 100 sucursales terminadas, lo cual contrasta con lo informado por la Sedena. La meta es llegar a 175, dijo, pero una consulta en el portal oficial de la dependencia tan solo lleva a 55 direcciones, varias de las cuales son en realidad viejos edificios de Bansefi, la antigua banca estatal que en teoría debe desaparecer para dar paso a su relevo. Al dar clic en la supuesta sucursal de Coahuayana, la herramienta de Google Maps muestra un paraje solitario, donde sólo se ve una construcción en ruinas. Sin embargo, la página del Bienestar dice que ahí hay un banco.


Reprobado por el IMCO

Un documento publicado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que el Banco del Bienestar se ha caracterizado desde su creación en 2018 por la falta de transparencia en los contratos de construcción a cargo de la Sedena, además de establecer criterios erróneos para la ubicación de sus sucursales.

Foto: Adid Jiménez | El Sol Morelia

Hasta marzo del presente año, el rezago era de 55 por ciento, pero creció aún más conforme avanzaron los meses, ya que el 16 de noviembre la propia Sedena admitió que el atraso es de 60 por ciento, toda vez que han construído 1,090 filiales de las 2 mil 700 que deberían estar listas antes de que concluya el año, como lo prometió el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El costo de cada edificio que alberga a los bancos del Bienestar es de 2 millones 221 mil pesos, lo que da un global, hasta ahora, de 2 mil 421 millones 860 mil pesos gastados. En su diagnóstico, el IMCO señala que “las compras públicas del Banco y la Sedena indican una planeación insuficiente en el equipamiento de sucursales. El alto monto contratado por adjudicación directa y la cancelación de contratos por más de 27 mil millones de pesos para la adquisición de cajeros automáticos y servicios de transacciones bancarias genera costos adicionales y reflejan una administración deficiente de los recursos”.

Concluye que el proyecto “refleja irregularidades en la información, construcción a marchas forzadas, cancelación de contratos, riesgos de corrupción en la compra de bienes y servicios, mayores costos y desafíos operativos”.


No cumple con criterio de inclusión financiera

El economista Marco Enríquez García señala en entrevista que el Banco del Bienestar no cumple con su misión principal: el de la inclusión financiera, definido por el Banco Mundial como “el acceso que tienen las personas y las empresas a diversos productos y servicios financieros útiles y asequibles que atienden sus necesidades —transacciones, pagos, ahorro, crédito y seguros— y que se prestan de manera responsable y sostenible”.

Foto: Adid Jiménez | El Sol Morelia

Egresado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y con experiencia en el ramo, sostiene que otra de las falencias del Banco del Bienestar es que su índice de morosidad es muy alto, tanto, que cerró el 2021 con más de 500 millones de pesos que no fueron pagados por los usuarios, lo que a la postre obligó a ya no otorgar más créditos.

“El tema de la inclusión tiene que ver no con la disponibilidad de espacios físicos para que se puedan realizar las transacciones, sino con la educación financiera que pueda tener cada individuo. Lo más barato respecto al acceso es la banca digital y no los espacios físicos: lo que el Banco del Bienestar hace es que obliga a las personas beneficiarias de programas sociales a buscar esas sucursales que además de ser pocas están lejos y no precisamente en zonas rurales, pues actualmente el 60 por ciento se han construido en localidades urbanas”, sentencia el economista.

Añade que en los hechos esta banca gubernamental no atiende a las personas vulnerables y su meta solo se limita a cumplir con las 2 mil 700 sucursales prometidas por el presidente. “Se necesitan más en las zonas rurales, pero como han encontrado diversos problemas incluso de terrenos, aceleran la construcción en lo urbano, lo que acrecenta la injusticia social”.

En su análisis del proyecto, refiere que es poco rentable abrir sucursales que concentran su mayor actividad en ciertas fechas, como los días en que se depositan los pagos de los programas. “Pareciera más un proyecto de tinte político-electoral, pues se posiciona una marca y se establece un control para saber cuándo pagarles o cuándo detenerles el flujo, aunque como todo es tan opaco, resulta imposible saberlo a ciencia cierta”.

Añade que “es poco humanista” tener a adultos mayores formados y de pie afuera de una sucursal, a expensas del frío invernal y de forma paralela sin acceso al cuadro básico de medicinas en una época donde ya hay repunte por Covid-19 y casos de influenza. “Es un elefante blanco y le cuesta mucho al país, con 27 mil millones de pesos que por lo pronto ya se perdieron”.

Enríquez García también observa el riesgo de tener Bancos del Bienestar en zonas dominadas por grupos delincuenciales en Michoacán, donde cajeros surtidos de dinero serán una tentación constante. “Lo más práctico hubiera sido montarse sobre la estructura privada que ya existe. Si el gobierno deposita a la banca comercial el recurso con dos días de anticipación, ellos generan rendimientos y a cambio se les pide no cobrar comisión, pero también les puedes ofrecer estímulos fiscales como deducciones de impuestos a final de cada año”. En cambio, dice el especialista, con la escasez de sucursales mucha gente terminará por sacar su dinero en cajeros comerciales, que igualmente cobran comisiones hasta por 40 pesos.

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Hasta el presidente reclama por falta de tarjetas

El 18 de noviembre el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó el municipio de Pajacuarán, donde inauguró una Universidad del Bienestar. Ante un público nutrido que lo recibió con aplausos, prometió que las becas del Bienestar serán más cuantiosas el próximo año y que el dinero llegará sin intermediarios, pero al preguntar quién ya contaba con sus tarjetas, solo dos personas levantaron la mano. Fue entonces que regañó a sus propios funcionarios: “Aquí aprovecho para dar una jalada de oreja, porque ya llevo varias reuniones que pido tarjetas y son muy pocas, quiere decir que no las están repartiendo, que siguen entregando los apoyos en efectivo y yo no quiero que sea en efectivo”, fustigó.