Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- “De aquí no sale para comer ni para pagar la renta, pero la pasión está bien alimentada”, dice con orgullo Isidro Merlos mientras recuerda las travesías y retos que ha tenido que superar para llevar a cabo sus sueños de divulgación y acercamiento de las artes escénicas a la sociedad moreliana.
Fue a la edad de 12 años que tuvo su primer acercamiento con el teatro -recuerda- y desde entonces sintió ese “de aquí soy” que con los años fue acrecentando su pasión por encontrar y emplear nuevas y atractivas dinámicas que despierten en los más pequeños el gusto por el arte.
Aunque es originario de Morelia, la vida y su búsqueda por reforzar lo aprendido en un sin fin de talleres tomados en la Casa de la Cultura lo llevaron al otro extremo del país en Xalapa, Veracruz, donde fue forjando su trayectoria y sumando historias que ahora refleja en sus puestas en escena bajo la técnica del clown.
Con tan solo 17 años de edad comenzó a cosechar conocimiento y técnicas teatrales bajo la tutela de Dagoberto Guillaumin, con quien llevó teatro a todas las secundarias del estado por casi una década.
“Él fue mi formación y mi escuela”, afirma y también la persona junto a la que fue construyendo historias y lo que lo impulsó a dirigir su trabajo a la población infantil.
PROMUEVE LA CULTURA CON MALABARES
En ese esfuerzo por dirigir su trabajo a cautivar a los más pequeños, Isidro comenzó a incursionar en nuevas técnicas, los zancos, los malabares, la magia y el clown son sólo algunas de las herramientas que forman parte de las puestas en escenas que ahora lleva a escuelas de preescolar y primaria, con cuentos simples y divertidos.
Todo el tiempo que trabajé en la Secretaría de Cultura en Xalapa, por mi cuenta vendía puestas en escena para niños. El maestro Guillaumin no estaba de acuerdo, porque decía que el teatro no era para niños, yo no compartía esa idea, pero ahora al paso de los años, lo entiendo, pero no es que el teatro no sea para niños sino que el contenido debe ser diferente, más ligero, más atractivo
De ese modo, comenzó a interesarse en el “teatro de calle”; para lograrlo el Instituto Veracruzano de la Cultura lo becó para ir a un Internacional en Aguascalientes, donde tuvo contacto por primera vez con el clown.
"Ahí aprendí, en otro taller, que no importa que nunca hayas tenido experiencia en la acrobacia, que no tengas entrenamiento físico, que seas gordo, que seas flaco, que seas muy joven, cualquiera puede hacer acrobacia con una técnica muy fácil. Ahí aprendí cómo asombrar a los niños y después aprendí por mi cuenta a hacer magia y tomé, por muchos años, talleres de malabares. Todo esto son recursos que ahora utilizo en los ejercicios escénicos que ahora monto para niños", manifestó.
Ahora se ha convertido en mentor de otras personas, de aquéllos que como él, inician en aprender y desarrollar las habilidades que los lleven a potenciar su pasión.
Los salones de la Casa de la Cultura y espacios públicos son, por igual, el escenario perfecto para tejer nuevos sueños, ya que con un grupo de artes escénicas proyectan crear “el primer club de circo de Morelia”.
CON MALABARES SORTEA LA ADVERSIDAD
“Aquí en Morelia faltan foros, no hay donde presentarse”, menciona con voz enérgica y es que afirma que para solicitar apoyos están muy delimitadas las políticas y los tiempos. Además, en Morelia hay una característica que si bien potencia el turismo y la imagen hacia el exterior ha limitado la expresión de las artes.
Como fue nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad, no se tiene permitido que ningún espacio cultural del gobierno cobre un solo centavo a partir de actividades que se propongan. Nosotros también comemos y vestimos, entonces no podemos dar cursos y funciones gratis. Teatros no hay, y los demás foros, los independientes ya tienen su programación y si te llegan a programar una función es cada dos meses, y eso no es suficiente para pagar la renta. No hay dónde presentarse, no hay espacios para dar talleres y cursos, eso le falta a Morelia
Isidro asevera que sí se puede vivir del arte, de la pasión que él tiene por el teatro y el clown, pero para ello “te tienes que diversificar, si crees que vas a vivir de hacer teatro, pues no. Tienes que dar clases, tienes que dar taller, tienes que dar funciones en las escuelas, universidades, o sea te tienes que mover”.
UN PRIMER FESTIVAL QUE MARCARÁ PAUTA
Si bien desde su regreso a Morelia hace poco más de un año, Isidro ha renovado su pasión y gusto por técnicas como el clown se ha encontrado y reencontrado con personas que comparte su visión, grupos teatrales independientes que se han unido para realizar el primer festival de esa arte en la ciudad “es el primero, pero de muchos”, asevera.
Y es que reconoce que no ha sido fácil “son muchas cosas e imprevistos que van saliendo desde conformar el programa, buscar las sedes, los invitados, la difusión, pero sin duda es un esfuerzo que valdrá la pena porque para el segundo festival tendremos más apoyo y más gente nos conocerá”.
El Centro Cultural Clavijero será la sede del evento del 8 al 13 de octubre, donde habrá funciones de clown a las 5:30 y el fin de semana habrá una feria con cuenta cuentos, espectáculos, zanqueros con un programa a partir de las 10:00 horas. El acceso será gratuito y pedirán solo una “cooperación consciente” para los artistas invitados que vendrán de Veracruz, San Miguel de Allende y de la Ciudad de México, ya que ellos están solventando sus gastos para participar en este evento.
No hay dónde presentarse, no hay espacios para dar talleres y cursos, eso le falta a Morelia
