Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).-Ubicada en el cruce de las dos avenidas que dividen a la ciudad en cuatro cuadrantes, que son la Madero y la Morelos, se levanta un imponente edificio que antes fue un almacén y ahora es una institución bancaria.
Su importancia data de que fue en ese lugar donde se fraguó la conspiración independentista de la Nueva España, llevada a cabo en el año de 1809, en la que participaron José María García Obeso, Mariano Michelena, Manuel Muñíz, Nicolás Michelena y fray Vicente de Santa María.
Se trata de una mansión cuyo estilo es de interior barroco y de exterior neoclásico, construida sobre la Antigua Calle Real, actualmente Avenida Madero Oriente, en el corazón de la capital michoacana.
En el siglo XVIII esta casa perteneció al regidor Gabriel García Obeso, cuenta en entrevista la guía de turistas Yanira Domínguez Olvera, quien refiere que en ese sitio “se podían encontrar desde cosas traídas del viejo mundo, como las sedas y especias, hasta artesanías locales o productos de toda la Nueva España”.
Pero además de tienda, el lugar contenía dos bibliotecas, una con 98 tomos de libros y la segunda con 90 títulos.
En este punto, es de anotar que para los ojos contemporáneos, estos números quizá podrían parecer poco, pero en ese entonces los libros eran más difíciles de conseguir, más aún al considerar que la imprenta no había llegado a Michoacán todavía.
Entonces, el hecho de que hubiera bibliotecas en el almacén lo convirtió en un lugar donde, menciona Domínguez Olvera “no sólo se iba de compras, sino que se hacían reuniones para expresar los ideales del momento, pues había gente conservadora y también liberales”.
A propósito de estas reuniones, la guía señala que en dicha casona “fueron las primeras conspiraciones que hubo para la independencia de México”, ya en los primeros años del siglo XIX.
Domínguez Olvera agrega que en el primer patio, que es donde ahora se encuentra la zona de espera antes de pasar a las cajas bancarias, se organizaban tertulias para los realistas, que eran aquellos que estaban a favor del virreinato español.
Mientras que en el patio trasero se juntaban los liberales a conspirar en pro de la independencia.
Por tanto, Domínguez Olvera señala que esa casona “fue un espacio donde chocaron las ideologías; en las bibliotecas se ofrecía el cafecito y la gente asistía para comentar lo que ocurría en el momento”.
Añade que entre los participantes que asistían estuvo José María Anzorena, quien se convertiría en el primer alcalde que tuvo la ciudad cuando se consumó la independencia, aunque en ese entonces a dicho cargo se le conocía como intendente.
Ahora bien, con el estallido del movimiento de independencia, la familia de García Obeso fue despojada de la propiedad y el almacén fue saqueado por la población.
Una vez que México logró su autonomía política, la casa fue adquirida por otra familia, la cual “posteriormente la vendió a la banca comercial”, giro que ha tenido desde entonces.
Curiosidades
De manera curiosa, el edificio que está justo a un lado de esta casona y en el que ahora hay otro banco, funcionó en aquella época como Casa del diezmo de la catedral de Morelia, lo cual quiere decir que era el lugar donde iban a parar los recursos recolectados “de la antigua Valladolid y del obispado de Michoacán, entonces siempre ha sido un lugar donde se acumulan las riquezas”.
Unos pasos más hacia el oriente se encuentra el edificio que ahora alberga al Congreso del estado, un espacio donde los moradores de los primeros años del siglo XIX no eran políticos, dado que fue el hogar de José María Anzorena, “uno de los que asistían a la Casa de García Obeso a las tertulias, para fraguar la conspiración” y que, como mencionamos antes, fue el primer alcalce de la capital michoacana.