Arquitectos michoacanos ganan premio internacional Architizer

El despacho mexicano Iván Marín arquitectura + Doho constructivo fue galardonado con este premio tras presentar una pieza arquitectónica sustentable en una biblioteca infantil

Paola Mendoza | El Sol de Zamora

  · sábado 7 de septiembre de 2019

Foto: Fernando Maldonado

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- El diseño de la restauración de una biblioteca escondida dentro del Centro Educativo de Morelia (CEM), en la capital michoacana, fue seleccionado como uno de los ganadores de la séptima edición de los premios de Architizer A+.

El despacho mexicano Iván Marín arquitectura + Doho constructivo, fue galardonado con la condecoración mundial al presentar una pieza arquitectónica sustentable que diera respuesta a las necesidades de los alumnos de la institución, un lugar “en donde los niños fueran a jugar con los libros”.

Los premios Architizer son el programa de condecoraciones más grande a nivel mundial, que celebra las mejores obras arquitectónicas y de construcción cada año; el objetivo de los premios es reconocer las mejores creaciones en el ámbito de la arquitectura y su impacto en la vida cotidiana.

Es por ello, que la creación de una biblioteca austera, con poco recurso, pero que a su vez se presenta como un lugar polivalente, que cuenta con filtros solares, espacios abiertos, muros ciegos, un patio central y una plataforma de lectura, fue reconocido como la creación arquitectónica más popular al llevarse la Categoría “Popular Choice Winner”, con más 400 mil votos en 10 días.

Para Francisco Iván Marín, el haber recibido esta condecoración es tan solo un paso más en su carrera como arquitecto, ya que aunque no esperaba que ni él ni su equipo fueran galardonados, la satisfacción del reconocimiento de un trabajo y una trayectoria por más de 20 años, deja a la firma y a Marín con un gran sabor de boca.

Para mí es muy importante, nuestra meta que es la de generar trabajos y beneficiar a través de soluciones arquitectónicas las necesidades de los usuarios, es el realmente darte cuenta que estás donde debes de estar, estar haciendo lo que debes hacer; la satisfacción es buenisima

Iván Marín comenzó su carrera arquitectónica en el año de 1997, como un estudiante recién egresado de la Facultad de Arquitectura por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Para sus primeros trabajos Iván recuerda con nostalgia la pequeña oficina dispuesta en la cochera de sus padres donde a través de doho constructivo, un proyecto que lo ha acompañado durante toda su trayectoria, realizó los diseños de un despacho para abogados y el proyecto del Instituto Ausubel.

A decir del arquitecto, desde sus inicios en el mundo del diseño de inmuebles, las cosas se fueron acomodando para llegar hasta el punto en el que se encuentra actualmente, “la verdad es que creyéndomela únicamente se fueron dando las cosas, nunca tuve de inicio una estrategia así como tal; la vida ha sido generosa conmigo”.

Bajo este tenor, es de reconocer la larga trayectoria con la que cuenta el galardonado arquitecto, quien ha sido parte de creaciones como la nueva vida del Centro de Convenciones de Morelia (Ceconexpo), así como el Museo Activo de Historia de México (Musea) en Ciudad de México, mientras que también colabora en proyectos internacionales como el Hospicio Los Ángeles, un lugar que servirá como casa de acogida para enfermos terminales en la ciudad de Los Ángeles, California.

El camino para ser galadornado con premio Architizer ha sido largo; sin embargo, desde sus inicios en los talleres de dibujo a nivel primaria y secundaria, hasta una carrera técnica en construcción, Marín siempre supo que la arquitectura era su pasión, aquello a lo que se quería dedicar por el resto de su vida.

Sin embargo, reconociendo que en el mundo de la arquitectura, aquellos que son considerados como exitosos son quienes “triunfan y figuran”, para este arquitecto su profesión no se trata de sobresalir por encima de los demás, sino de realizar un trabajo que ofrezca las herramientas necesarias para quienes se verán beneficiados de él.

La meta nunca ha sido triunfar y figurar, realmente siempre ha sido como el enfoque de hacer arquitectura, mi meta es generar arquitectura de manera consciente, que genere soluciones que impacten a otras personas a través de la arquitectura”, señaló Marín.

Así pues, con 22 años de trayectoria Iván Marín arquitectura + Doho constructivo, recibieron una de las máximas condecoraciones en el mundo de la arquitectura a nivel global, no obstante Marín admite que la obra que fue galardonada no es una creación exclusiva de su autoría, pues en el proceso de diseño, los niños fueron pieza fundamental para el resultado final.

Cuando el CEM le pide a la firma un plan maestro para la transformación de sus instalaciones, el equipo de arquitectos que trabaja con él, decidió que el primer paso para la restauración del inmueble era comenzar por el corazón de la escuela, la biblioteca.

Sin embargo, el responder a las necesidades del usuario final siempre ha sido una prioridad para Marín, es por ello que a través de talleres y entrevistas con niños de la institución se construyó el diseño que hoy en día es una realidad en dicho centro educativo.

Cuando hicimos el proyecto, nosotros hicimos un taller junto con los niños de la escuela porque queríamos ver qué necesitaba realmente el usuario final, nos fuimos todo el equipo y estuvimos trabajando con los niños, se hicieron algunas entrevistas y después los niños dibujaron su biblioteca y ahí nos dimos cuenta que lo que se requería era un espacio que fuera polivalente, en donde más bien fueran a jugar los niños con los libros, otra manera de entender la lectura”, apuntó.

Fue así como a través de materiales reciclados y poco presupuesto se creó la biblioteca galardonada con el premio de arquitectura Architizer, un proyecto que nació de la idea de ayudar a mejorar la calidad de aprendizaje de los alumnos y terminó convirtiéndose en un icono de la arquitectura a nivel mundial.

Ahora, Iván Marín y su equipo se preparan para abrir nuevas instalaciones de la firma en Ciudad de México y en Los Ángeles, California, con decenas de proyectos en puerta y las ganas de instruir a nuevas generaciones de arquitectos que deseen entregar su vida a la pasión por el diseño y el bien de otros.

“Para mí, el producto final es para el cliente, pero sobre todo debe ser una obra en la que converjan todos los elementos, desde el trabajo de investigación, las necesidades que se presentan y cómo lo vamos a solucionar; a mí me encanta dar conferencias y ponencias, alentar a los chavos de nuevas generaciones, que no se vive, se come y se respira arquitectura, pero que la arquitectura te da todos los elementos para vivir de lo que te apasiona”, finalizó.