Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, sostuvo una reunión el jueves pasado con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, a quien le expuso la preocupación de la Iglesia católica por el riesgo que implica la presencia del crimen organizado en diferentes comunidades.
Entrevistado al término de la misa en Catedral de este domingo, el líder católico señaló que en dicha entrevista acordaron generar las formas de colaboración conjunta que incluyan protocolos de seguridad para actuar de la mejor forma posible ante el peligro de acciones violentas.
En cuanto a las jornadas de oración por la paz, impulsadas por la Conferencia del Episcopado Mexicano, Garfias dijo que en éstas se incluirán acciones como un encuentro ecuménico intereligioso, programado para el 13 de julio, para que las distintas iglesias se coordinen con autoridades y sociedad civil a fin de hacer la tarea propia de la oración, pero sobre todo establecer las bases para ir construyendo un proceso de paz en todo el país.
Aunque aclaró que la violencia no es contra quienes ejercen y difunden la religión, Garfias aceptó que el clima adverso por la presencia de grupos criminales sigue siendo un foco rojo para sacerdotes que ejercen en regiones como Apatzingán, Zamora y Uruapan. “Hay zonas donde se ha recrudecido la violencia y como iglesia queremos estar ahí presentes, colaborando con las autoridades e impulsar la oración, atender a las víctimas, acompañar a los adictos, generar una cultura por la paz y hacer que sea posible una economía social solidaria”, añadió.
En cuanto al caso del padre Mateo Calvillo, quien denunció haber sido golpeado en el municipio de Queréndaro, el arzobispo dijo que ya recibió toda la atención médica y está en condiciones para oficiar ceremonias y hacer sus labores cotidianas.
Garfias Merlos negó que el oficio de ser sacerdote sea un riesgo en México: “No lo es, es parte de la misión; los hechos violentos no son contra nosotros, son parte de la sociedad actual y le pueden tocar a cualquiera, sabemos que las expresiones violentas en estos momentos tocan a las personas inocentes”.
Finalmente, hizo caso omiso al mensaje de un grupo delincuencial que esta semana pidió no atacar a figuras de la sociedad civil, como maestros y sacerdotes. “Yo no los he recibido, así que no tengo por qué responder”, concluyó.