El valle de Zamora forma parte del programa de bombardeo de nubes que implementará el gobierno del estado a fin de lograr precipitaciones pluviales.
Si bien este sistema no cuenta con una demostración científica, a decir de los expertos, se realizará a partir de marzo en coordinación entre el gobierno del estado y la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza).
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla afirmó que el sembrado de nubes se llevará a cabo en dos zonas.
La primera, es la correspondiente a toda la zona de la tierra caliente y estará a cargo de la Conaza: “Ya se aprobó una primera zona con la Comisión Nacional de Zonas Áridas que abarca Tepalcatepec, Apatzingán, Parácuaro, Arteaga, Churumuco y Huetamo entre otros municipios”, apuntó el gobernador.
La otra zona, comprenderá toda la parte norte del estado además del Valle de Zamora, el Oriente, el Bajío y la capital michoacana y estos trabajos estarán a cargo del gobierno del estado presupuestalmente hablando.
El gobernador explicó que con esto se busca hacer frente a la falta de lluvias y sequía que sufre la entidad y mencionó que los trabajos estarán a cargo de una empresa especializada que será designada por la propia Conaza.
Por lo pronto mencionó que ya se tiene el proyecto listo y será durante los primeros días de marzo cuando se inicien los trabajos.
EL BOMBARDEO DE NUBES NO FUNCIONA
El bombardeo de nubes para provocar la caída de lluvia no cuenta con una demostración científica que la avale al cien por ciento, indicó el subdirector técnico en Michoacán de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Octavio Muñoz Torres.
El director manifestó que aún no se ha comprobado su efectividad. Este proceso, comentó, consiste en un análisis meteorológico para ver dónde hay nubes de agua que estén por precipitar y estimularlas para que la lluvia caiga en lugares específicos que favorezcan determinadas zonas.
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Estas áreas, sobre todo, se dan en las presas hídricas para que la lluvia pueda ser almacenada, por lo que este procedimiento no significa que se vaya a generar precipitación donde no existen las condiciones.
Para que esto ocurra debe haber un proceso natural donde la nube ya esté en condiciones de precipitación. Lo que hace el avión es estimularla con yoduro de plata, que hace que condense más rápido y favorezca el lugar deseado.
Sin embargo, enfatizó en que no existe una norma oficial que verifique su eficacia aunque este proyecto ya tiene algunos años llevándose a cabo.
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Ya se ha hecho en muchos países, en otros se ha dejado de hacer porque no se ha podido comprobar que la lluvia se genere con esta estimulación.
Debido a esto, resaltó que siempre existirá la duda de si el resultado fue natural o por esta intervención pero "ante la necesidad de la sequía, como lo hizo Nuevo León, no averigüemos si fue por alguno de los dos métodos".