Pajacuarán, Michoacán.- Cazadores de este municipio han señalado su preocupación debido a que sus presas de caza, principalmente la güilota, han caído de precio “hace muchos años las güilotas eran consideradas como alimento de peones del campo y hoy lo cierto es que, hasta el año pasado cada pieza estaba en 50 pesos, este año están apenas en 30 pesos la pieza” dijo Omar Herrera Delgado, miembro del Club Cinegético de Sahuayo.
Hasta la temporada pasada, dijo, el alto precio de estas piezas se debía a la baja sensible en la población de estas aves “quizá la temporada de sequía en la región afectó en algo porque muchas siembras de trigo no se lograron y hubo más alimento” recordó el tirador deportivo que el principal alimento de estas aves son las semillas en los campos de cultivo.
El ave que en estas regiones se conoce como “güilota o huilota” es una ave que pertenece a la familia de las palomas y tórtolas que desde hace casi un siglo ha sido utilizada como alimento.
“Es una ave de tamaño muy pequeño, de carne magra que la gente acostumbra a guisar entera después de sacar las viseras” dijo Omar Herrera Delgado quien señaló que aunque no se trata de una especie protegida, las normas legales para la portación las armas que se utilizan hace cada vez más difícil la caza de estas aves.
“Tradicionalmente se hace con carabinas de taco que las mismas personas fabrican en sus domicilios o en alguna herrería pero regularmente son decomisadas”.
Destacó el también integrante del Consejo de la Crónica de este municipio, que en el caso de los trabajadores agrícolas se han retomado viejas prácticas para atrapar a estas aves como el uso de alambre de púas o redes de pesca con plomos que son arrojadas en el sobre vuelo de las parvadas.
Sobre la caída del precio de venta de estas aves, el historiador dijo que esto puede deberse a la presión social que se ha ejercido para frenar la caza y el comercio al grado de que, incluso, plataformas de redes sociales han eliminado grupos de compra-venta debido a las imágenes crudas que se exhiben.
“El problema es que existen organizaciones no formales de protección a los animales que están presionando para que no sigan este comercio"