Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo recomendable es que existan tres médicos por cada mil habitantes y tres enfermeros o enfermeras por cada médico. El estado, con cuatro millones 346 mil habitantes debería contar con más de 13 mil médicos y 39 mil enfermeras.
Sin embargo, los datos del programa sectorial de salud 2015-2021 señalan que Michoacán cuenta apenas con apenas 6 mil 081 médicos en contacto con el paciente y 8 mil 675 enfermeras igualmente en contacto con el paciente. Datos procedentes de otras fuentes, como “Doctors of the World”, señalan que en la entidad existen 6 mil 899 médicos, es decir, un profesional de la salud por cada 630 habitantes.
Esto significa que Michoacán, sumando recursos públicos y privados, no cuenta en este momento con los médicos y enfermeras suficientes para afrontar la actual crisis sanitaria del Coronavirus Covid-19, menos si se llegara a presentar una severa crisis.
El Sol de Morelia solicitó datos más actualizados al área de Comunicación de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), instancia que omitió la respuesta. El objetivo era analizar dicha información ante la celebración del 12 de mayo, Día Internacional del Enfermero.
De acuerdo al ya señalado programa sectorial de salud 2015-2021, en la entidad existen 2 mil 421 camas censables, 2 mil 243 consultorios, 6 mil 081 médicos en contacto con el paciente y 8 mil 675 enfermeras en contacto con el paciente.
De esa manera, Michoacán se encuentra por debajo de la media nacional, ya que en el país existen 2.2 médicos, 2.7 enfermeras, 1.3 camas por cada mil habitantes. En los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el promedio es de 3.2 médicos, 8.7 enfermeras y 4.8 camas censables, por cada mil habitantes.
Enfermería, labor de resistencia ante Covid-19
Admite que le resulta deprimente cada vez que ingresa al área de Terapia Respiratoria en el Hospital General Regional No.1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Luis Enrique Higareda González es enfermero y aunque está acostumbrado a tratar con pacientes de todo tipo, explica que lo de Covid-19 es de llamar la atención: “Las personas tienen dificultades para respirar y en cosa de horas se deterioran físicamente”.
Tiene 32 años de edad y sabe que el tratar de contener una pandemia no es la mejor manera de conmemorar el Día Internacional de la Enfermería. Desde el pasado 2 de marzo, Luis no ha visto a su familia, incluida a su hija de 9 años de edad. Comparte que su miedo no está en hacer su trabajo, sino en convertirse en portador del virus y ser el culpable del contagio de más personas.
“Ahora estoy viviendo solo, no quiero contagiar a nadie, sobre todo porque tengo tíos diabéticos o con problemas de obesidad, entonces sería una imprudencia de mi parte tener contacto con ellos. Lo que sí, es que trato de mantener la comunicación con videollamadas, decirles que todo está bien, tranquilizarlos porque ellos se preocupan, que sepan que pronto nos vamos a volver a ver”.
La inclinación por esta profesión se le comenzó a dar apenas entrada la adolescencia. Mientras cursaba la secundaria, veía a su hermano mayor cómo estudiaba Enfermería.
Le llamaban la atención los libros, la anatomía, fisiología y los procedimientos. Por circunstancias de la vida, su familiar no pudo concluir con la carrera universitaria, pero para fortuna de Luis, los apuntes quedaron a su disposición.
En el 2006 egresó de una carrera técnica en el Conalep y luego vino la licenciatura. No se equivocó. Dice que le apasiona tratar a pacientes con enfermedades renales y los tratamientos de hemodiálisis.
Celebra el proceso de recuperación que viven las personas, ser testigo de cómo comienzan a ganar peso corporal y se vuelven a integrar de a poco a su estilo de vida.
La contingencia ha puesto en evidencia lo que cada año denuncia el personal de salud: la falta de material para trabajar. “Muchas veces tenemos que improvisar, utilizar la creatividad para realizar algunos procedimientos, lidiar con la frustración de que algo se nos puede salir de las manos por no contar con los insumos adecuados”.
Luis Enrique explica que en una pandemia el material tiene un periodo de vida más corto. Se requieren permanentemente caretas, guantes, cubrebocas y medicamentos. No hay de otra. “Les pedimos al gobierno que se apliquen” exige.
Cuando se dirige al trabajo, relata que le toca observar tianguis activos y aglomeraciones. “Me gustaría que las personas entendieran lo que nosotros como personal de enfermería estamos viviendo, porque es muy devastador el tener personas que están enfermas y que en cuestión de horas se deterioran”.
Si alguien lo lee, pide que aguanten un poco más la contingencia y el aislamiento. Es un convencido de que siempre será más grato ver a los familiares en un cumpleaños o en Navidad, que en un altar del Día de Muertos o en una fotografía sólo como un recuerdo.
De escuela a facultad de Enfermería y Salud Pública
Tras años de solicitar este rango, la Escuela de Enfermería de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) obtuvo el grado de facultad el pasado 9 octubre de 2018, fecha en que el Consejo Universitario de la Casa de Hidalgo aprobó el dictamen correspondiente.
El nivel de esta institución, se logró luego de que se instaurara el grado doctoral de “Programa Institucional de Doctorado en Ciencias de la Salud y Farmacéuticas”.
Conforme a la página oficial de la institución educativa, el nivel de egresados en Enfermería es de técnicos, mientras que Salud Pública sí maneja el grado de licenciado en esta especialidad desde hace casi dos años.
El Sol de Morelia solicitó a la UMSNH informe sobre el número de egresados, sin que hasta el momento se obtengan los datos requeridos.
Con información de Víctor Ruiz.