Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex). - De las dos certificaciones comerciales de inclusión a personas con discapacidad, que otorgan la Sectur y la SEP, el director general del Instituto para la Inclusión y Centro de Evaluación, Juan Medina Salgado, señaló que no cuenta con registros de un solo negocio certificado en el estado. Aunque afirma que los cambios en rampas y baños van en avance, al menos en Morelia.
Las acreditaciones para negocios como hoteles y restaurantes que están preparados para recibir a gente discapacitada son el Sello de Turismo Incluyente otorgado por la Sectur federal y el Certificado de Prestación de Servicios Incluyentes para Personas con Discapacidad, validado por la SEP.
El emitido por la SEP es de manera individual y brinda los conocimientos teóricos y prácticos del trato a personas con discapacidad. Mientras que el otro, se da a los negocios si cumplen con los requisitos para la inclusión como las rampas, espacio entre mesas y otras.
Medina Salgado añade que los lugares que ya cuentan con lo necesario, no hacen saber a los clientes cuáles son las condiciones de su infraestructura para conocer si son incluyentes, lo cual aleja a un sector económico importante en el país.
“El 16.5% de los habitantes de México viven con una discapacidad de acuerdo con el Inegi en el último censo, al igual que el 15% de la población según la OMS. Y como ellos normalmente viajan acompañados, estamos perdiendo casi el 30% del turismo incluyente, sin contar a los adultos mayores que también buscan lugares más accesibles y con adecuaciones”, explica.
Menciona que para que una persona con discapacidad pueda disfrutar de una experiencia turística completa, debe tener la facilidad junto con la comodidad de ingresar, transitar y permanecer de forma autónoma dentro de un lugar.
Sin embargo, estas necesidades no son cumplidas en su totalidad en hoteles, restaurantes y centros turísticos, lo que no solo afecta la experiencia de los clientes con discapacidad, sino puede exponerlos a riesgos fatales por la falta de infraestructura incluyente.
“No solo es por comodidad, imagina a una persona en silla de ruedas en un segundo piso durante un temblor, o a un individuo sordo que no pueda escuchar una alarma o que llaman a su cuarto para que desaloje, son protocolos indispensables que nadie toma en cuenta y marcan la diferencia”.
Medina Salgado reitera que además de las instalaciones accesibles, es necesaria la capacitación del personal para la atención de personas discapacitadas en aspectos como la enseñanza del Lenguaje de Señas Mexicano, el correcto uso de la silla de ruedas, hasta la aproximación para los individuos con discapacidad intelectual
Michoacán, con potencial de ser un destino incluyente
El director del instituto reitera que los turistas nacionales e internacionales que tienen una discapacidad, se ven atraídos a venir a la entidad por el potencial recreativo de los paisajes, la gastronomía, la arquitectura y la cultura, pero las condiciones aún no son las más viables para recibir este tipo de turismo.
Aunque acepta que en Morelia se hicieron cambios en la Avenida Madero y en algunos establecimientos del Centro Histórico, comenta que aún existen bancos, museos y restaurantes en esta zona que tienen escalones o desniveles que impiden la completa inclusión y no son retirados con el argumento de que los edificios son “patrimonio de la humanidad”.
Juan Medina califica esto como un error, ya que es necesario el cambio de estas construcciones con la finalidad de darle acceso a las personas discapacitadas, poniendo como ejemplo el Centro Clavijero, el Congreso del Estado y el Palacio Municipal.
“Por supuesto se debe cambiar, no podemos negarles el derecho a entrar a estos lugares que son de la humanidad; una persona con discapacidad es humana, es su patrimonio también. En el Palacio Municipal se instaló un elevador, fue un gran gasto, pero demuestra que si es posible”, comenta.
Propone, a su vez, que tal como Protección Civil pide requerimientos de seguridad a los negocios, haya requisitos de accesibilidad para abrir, pues hasta la fecha en la capital michoacana “no tenemos un lugar donde podamos recibir 40 personas en sillas de ruedas”.
Aunque los lugares turísticos son los que más requieren de inclusión, reitera que todos los servicios deben ser incluyentes, pues cuando la gente con discapacidad visita un lugar “quiere ir al banco, cortarse el cabello, ir a las tiendas”, lo que apoya a la economía de los locales. La creación de una ruta incluyente sería la forma más dinámica de dar a conocer cuáles son los espacios que están adaptados para brindar la inclusión, tal como lo han hecho otros países europeos.
Recalca que la capacitación de los prestadores de servicio es fundamental para colocar a la entidad como uno de los centros turísticos incluyentes.
A su vez, hace énfasis de que en un futuro será necesaria la accesibilidad, pues cada vez habrá más adultos mayores y la demanda aumentará, por lo que llama a la sociedad a “tomar como prioridad la inclusión, por que lo más seguro es que lo vamos a necesitar”.