Ubicado en el centro de Zamora, el Palacio Federal es un inmueble que desde principios del siglo XX observa la historia de la ciudad.
En su origen, fue construido para albergar el palacio episcopal de la Diócesis de Zamora y residencia del obispo, pero con el paso del tiempo fue cediendo su espacio a actividades menos litúrgicas.
En la actualidad, este imponente edificio alberga oficinas regionales del gobierno federal.
Con su arquitectura ecléctica, tiene elementos neoclásicos de influencia francesa de finales del siglo XIX y algunos elementos del arte neorromántico.
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Según detalla la historia, en 1904 siendo obispo José María Cázares y Martínez mandó edificar un Palacio Episcopal para la diócesis, por lo que para su ubicación se eligió la antigua Calle Real, hoy Calle Hidalgo, que había sido desde años atrás la principal vialidad de la ciudad.
El edificio se concibió como un palacete de estilo ecléctico neoclásico con influencia francesa, en dos niveles y con dos patios interiores.
La primera piedra se colocó en 1904 y fue concluido en 1911. Para ese entonces el obispo José Othón Núñez y Zárate terminó el inmueble y llegó a ocuparlo.
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Sin embargo, sólo tres años el recinto fue propiedad de la diócesis, ya que en 1914 fue confiscado y nunca más regresó a la iglesia.
En 1910 estalló la Revolución Mexicana en el país y en 1914 las tropas revolucionarias del general Joaquín Amaro Domínguez ocuparon y confiscaron el inmueble.
Desde entonces el recinto ha albergado distintas oficinas gubernamentales, entre ellas fue Palacio Municipal del Ayuntamiento de Zamora hasta 1954, en que las oficinas fueron trasladadas a su actual sede que ocupa frente a la plaza principal.
El recinto forma parte del patrimonio arquitectónico del Centro Histórico de Zamora.