/ domingo 3 de noviembre de 2019

Cruising, acto clandestino que fue plasmado con tinta y papel 

Erik Moya aborda el controvertido tema en su libro Cruising Morelia, el cual es acreedor al tercer Premio Nacional de Narrativa y Poesía LGBTTTI

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- “Dentro de esos lugares oscuros existe una luz muy hermosa”, fueron las palabras que Erik Moya usó para describir las zonas de cruising. El cruising es una práctica antaña, conocida en la exclusividad de grupos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Trangénero, Trasvesti e Intersexual (LGBTTTI) y es replicada desde hace años en todo el mundo. Morelia, no es la excepción y tras años de clandestinidad, hoy en día sus historias quedaron plasmadas en papel y tinta.

Seguramente al leer esas líneas te preguntarás ¿qué es el cruising? Término en inglés que define a la actividad sexual en lugares públicos, como parques, playas, centros deportivos o zonas de tolerancia, pero que no en todas las ciudades se encuentran regularizados.

Morelia, capital y cuna de acontecimientos históricos, pero aún con la moral y prejuicios suficientes como para no recurrir a su reglamentación.

Sin imaginarse lo que ocurriría seis años después, fue en el año 2011 cuando inició el descubrimiento que marcaría la vida de Erik en todos los sentidos; con sólo 16 años y un espíritu de nadador que lo trasladaron a Morelia, y así a sus actividades de entrenamiento en las conocidas escaleras de la subida de Santa María, al sur de la ciudad.

Lugar en donde con el paso de los días percibió una dinámica poco común y “hasta cierto punto rara”, pues lo que pareció ser una forma de escondite para saciar las ansias de un momento de cannabis, resultó ser el encuentro ideal para aquellos chicos que gustan de relaciones sexo-afectivas con otros chicos.

Entonces investigué un poco más y vi que existía esa práctica; sin embargo, Morelia lo hace más interesante, porque la arquitectura de la ciudad y las formas en que se relacionan los chicos es distinta, porque se hace en la clandestinidad y es visto como un tabú

Relató en entrevista para El Sol de Morelia.

De ahí que, el artífice de Cruising Morelia, acreedor al tercer Premio Nacional de Narrativa y Poesía LGBTTTI, descubriera lo que lo llevaría a escribir su libro, mismo en el que jugó, a través del lenguaje poético, con la crónica, los versos libres, el guión cinematográfico y notas periodísticas intervenidas sobre las historias de los chicos, pero incluyendo al amor y el desamor.

Pues aunque Moya hizo investigación de campo en los lugares de encuentro sexo-afectivos y retomó las decenas de historias que de ahí se desprenden, su intención no era la de exhibir a los hombres homosexuales y curiosos que hacen cruising para desahogar y expresar su sexualidad, utilizando así nombres anónimos y literarios; además de una voz poética que representa el drama de la narrativa.

Esa voz que iba a recoger todas estas historias y a describir los lugares, pero que dentro del ambiente se enamora de un chico con VIH que lo rechaza todo el tiempo, pero trata de sacarlo de esos ambientes porque no se cuidada, ni se protegía (para evitar contagiar a otros), pero al tiempo desaparece

Conjunto de relatos que nacieron a partir de una de sus clases en la comúnmente conocida Facultad de Letras, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

¿PARA QUÉ PUEDE SERVIR ESTE LIBRO?

Si bien Cruising Morelia nace de las experiencias entre hombres de todas las edades, condiciones sociales, deseos y fetiches sexuales, dentro y fuera de clóset, su meta no es la de exhibir o señalar, tampoco la de dar un juicio moral, señala Moya, sino visibilizar que existe un mundo alterno de los chicos homosexuales e incluso transexuales que acuden a estos sitios.

Y que a partir de ahí las autoridades municipales dejen de hacer la “vista gorda” sobre la infinidad de lugares donde se practica el cruising y se regularicen este tipo de zonas de tolerancia, así como las permitidas para centros nocturnos para damas y caballeros. Y que no suceda lo mismo que con las llamadas cabinas sexuales.

Establecimientos que fueron clausurados y desmantelados entre 2016 y 2017, tras años de operar en la clandestinidad, pero que eran constantemente concurridos por la comunidad gay, y que las mismas autoridades locales conocían sobre los mismos, pero mantuvieron así como el secreto que todos saben pero nadie se atreve a decir.

LEYES Y REGLAMENTOS MUNICIPALES, SIN “ZONAS TOLERADAS”

Al consultar el Reglamento de Establecimientos Mercantiles, Industriales y de Servicios de Morelia, se deja en evidencia el vacío legal que permita ingresar dentro de los tipos de giros comerciales de tipo C, las llamadas zonas de tolerancia o cabinas sexuales.

Conforme al documento mencionado y que se consultó desde el portal de transparencia del Ayuntamiento de Morelia, se detalló que, dentro de los giros del género C, de alto impacto, sólo se contemplan espacios como cantina-bar, cantina-bar con música en vivo, casino, centro botanero, cervecería y discoteca, entre otros.

Observándose también el centro nocturno, al cual escriben como: “Local que cuenta con pista de baile y ofrece música grabada o en vivo desde que inicia su actividad diaria y cuenta con autorización para expender bebidas alcohólicas al copeo para consumo en el mismo establecimiento, así como para presentar espectáculos exclusivos para mayores de edad”.


DRAMA SOBREPASÓ LA REALIDAD

El largo camino que recorrió el autor para crear su obra generó más drama en la realidad que en lo impreso sobre papel, pues fue en noviembre de 2017 cuando luego de una extensa investigación entre los lugares de cruising, cuya descripción se incluye en la primera parte de la obra, Moya regresa a Tres Puentes.

Y en medio de una charla, quizás con dos de los personajes inmersos en la trama, quizás no, fueron atacados física y verbalmente por agentes municipales, todo por el único hecho de haberse asumido hombres con una orientación homosexual.

Después de un largo proceso de desgaste emocional y físico por las agresiones propinadas, incompetencia de las autoridades judiciales y de la exposición mediática en busca de justicia, sin obtenerla y sin que se fincaran las responsabilidades en contra de los servidores públicos señalados.

Nueve meses después, Erik vuelve a ser víctima de otro atropello, del cual habló por primera vez para esta casa editorial, agentes ministeriales “lo levantan” a plena luz del día y lo tratan de inculpar de un robo cometido a pocos metros de su vivienda.

Hecho que lo obliga a mantenerse durante más de un año en exilio, fuera de su estado y lejos de su familia, su principal preocupación ante cualquier otra represalia. Y que después de todo ese trance, el premio recibido en este 2019 y la presentación de su libro vinieron a reconfortarlo.

VOX POPULI

Elegidos al azar, hombres abiertamente homosexuales y otros no tanto, quienes pidieron anonimato y cuidar su identidad, se les cuestionó su opinión sobre el cruising. Esto fue lo que respondieron:

CASO 1

  • “Hundido: depresión enmascarado de autosatisfacción”.
  • ¿Lo has practicado?
  • “No te voy a dar el número de parejas sexuales, pero obvio sí”.

CASO 2

  • “Es respetable desde mi punto de vista, cómo todas las prácticas sexuales para quien lo practica y le gusta, en lo particular no lo he practicado, y no me gustaría para nada; pero respeto a quien le produzca placer tener relaciones en lugares públicos”.
  • ¿Por qué no lo practicarías?
  • “Porque no siento atracción por el riesgo de que te vean, aparte que dejando de lado lo moral, legalmente es delito tener relaciones en un lugar público”.

CASO 3

  • “Respeto a quien le guste hacerlo, yo no lo haría porque rebasa más de la adrenalina que me gusta a mí, pero verlo en alguna página para adultos me causa morbo y me parece excitante”.
  • ¿Por qué no lo practicarías?
  • “No sé si pueda manejar tanta adrenalina”.

CASO 4

  • “De entrada es una práctica que al menos yo no realizaría, digo, se puede argumentar que el hecho de ser un lugar público aumenta la adrenalina y el morbo, pero no, definitivamente no”.
  • ¿Por qué no lo practicarías?
  • “Si no se toman las precauciones pertinentes creo eleva exponencialmente los riesgos de contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual, por bajita la mano”.

CASO 5

  • “Pues se me antoja, pero me da miedo. O sea, me da curiosidad, no sé si me animaría. Me gusta el morbo”.
  • ¿Por qué te da miedo?
  • “Por las enfermedades o que te cachen en plena actividad”.

¿QUÉ ES?

Cruising es un término en inglés que define a la actividad sexual en lugares públicos, como parques, playas, centros deportivos o zonas de tolerancia

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- “Dentro de esos lugares oscuros existe una luz muy hermosa”, fueron las palabras que Erik Moya usó para describir las zonas de cruising. El cruising es una práctica antaña, conocida en la exclusividad de grupos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Trangénero, Trasvesti e Intersexual (LGBTTTI) y es replicada desde hace años en todo el mundo. Morelia, no es la excepción y tras años de clandestinidad, hoy en día sus historias quedaron plasmadas en papel y tinta.

Seguramente al leer esas líneas te preguntarás ¿qué es el cruising? Término en inglés que define a la actividad sexual en lugares públicos, como parques, playas, centros deportivos o zonas de tolerancia, pero que no en todas las ciudades se encuentran regularizados.

Morelia, capital y cuna de acontecimientos históricos, pero aún con la moral y prejuicios suficientes como para no recurrir a su reglamentación.

Sin imaginarse lo que ocurriría seis años después, fue en el año 2011 cuando inició el descubrimiento que marcaría la vida de Erik en todos los sentidos; con sólo 16 años y un espíritu de nadador que lo trasladaron a Morelia, y así a sus actividades de entrenamiento en las conocidas escaleras de la subida de Santa María, al sur de la ciudad.

Lugar en donde con el paso de los días percibió una dinámica poco común y “hasta cierto punto rara”, pues lo que pareció ser una forma de escondite para saciar las ansias de un momento de cannabis, resultó ser el encuentro ideal para aquellos chicos que gustan de relaciones sexo-afectivas con otros chicos.

Entonces investigué un poco más y vi que existía esa práctica; sin embargo, Morelia lo hace más interesante, porque la arquitectura de la ciudad y las formas en que se relacionan los chicos es distinta, porque se hace en la clandestinidad y es visto como un tabú

Relató en entrevista para El Sol de Morelia.

De ahí que, el artífice de Cruising Morelia, acreedor al tercer Premio Nacional de Narrativa y Poesía LGBTTTI, descubriera lo que lo llevaría a escribir su libro, mismo en el que jugó, a través del lenguaje poético, con la crónica, los versos libres, el guión cinematográfico y notas periodísticas intervenidas sobre las historias de los chicos, pero incluyendo al amor y el desamor.

Pues aunque Moya hizo investigación de campo en los lugares de encuentro sexo-afectivos y retomó las decenas de historias que de ahí se desprenden, su intención no era la de exhibir a los hombres homosexuales y curiosos que hacen cruising para desahogar y expresar su sexualidad, utilizando así nombres anónimos y literarios; además de una voz poética que representa el drama de la narrativa.

Esa voz que iba a recoger todas estas historias y a describir los lugares, pero que dentro del ambiente se enamora de un chico con VIH que lo rechaza todo el tiempo, pero trata de sacarlo de esos ambientes porque no se cuidada, ni se protegía (para evitar contagiar a otros), pero al tiempo desaparece

Conjunto de relatos que nacieron a partir de una de sus clases en la comúnmente conocida Facultad de Letras, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

¿PARA QUÉ PUEDE SERVIR ESTE LIBRO?

Si bien Cruising Morelia nace de las experiencias entre hombres de todas las edades, condiciones sociales, deseos y fetiches sexuales, dentro y fuera de clóset, su meta no es la de exhibir o señalar, tampoco la de dar un juicio moral, señala Moya, sino visibilizar que existe un mundo alterno de los chicos homosexuales e incluso transexuales que acuden a estos sitios.

Y que a partir de ahí las autoridades municipales dejen de hacer la “vista gorda” sobre la infinidad de lugares donde se practica el cruising y se regularicen este tipo de zonas de tolerancia, así como las permitidas para centros nocturnos para damas y caballeros. Y que no suceda lo mismo que con las llamadas cabinas sexuales.

Establecimientos que fueron clausurados y desmantelados entre 2016 y 2017, tras años de operar en la clandestinidad, pero que eran constantemente concurridos por la comunidad gay, y que las mismas autoridades locales conocían sobre los mismos, pero mantuvieron así como el secreto que todos saben pero nadie se atreve a decir.

LEYES Y REGLAMENTOS MUNICIPALES, SIN “ZONAS TOLERADAS”

Al consultar el Reglamento de Establecimientos Mercantiles, Industriales y de Servicios de Morelia, se deja en evidencia el vacío legal que permita ingresar dentro de los tipos de giros comerciales de tipo C, las llamadas zonas de tolerancia o cabinas sexuales.

Conforme al documento mencionado y que se consultó desde el portal de transparencia del Ayuntamiento de Morelia, se detalló que, dentro de los giros del género C, de alto impacto, sólo se contemplan espacios como cantina-bar, cantina-bar con música en vivo, casino, centro botanero, cervecería y discoteca, entre otros.

Observándose también el centro nocturno, al cual escriben como: “Local que cuenta con pista de baile y ofrece música grabada o en vivo desde que inicia su actividad diaria y cuenta con autorización para expender bebidas alcohólicas al copeo para consumo en el mismo establecimiento, así como para presentar espectáculos exclusivos para mayores de edad”.


DRAMA SOBREPASÓ LA REALIDAD

El largo camino que recorrió el autor para crear su obra generó más drama en la realidad que en lo impreso sobre papel, pues fue en noviembre de 2017 cuando luego de una extensa investigación entre los lugares de cruising, cuya descripción se incluye en la primera parte de la obra, Moya regresa a Tres Puentes.

Y en medio de una charla, quizás con dos de los personajes inmersos en la trama, quizás no, fueron atacados física y verbalmente por agentes municipales, todo por el único hecho de haberse asumido hombres con una orientación homosexual.

Después de un largo proceso de desgaste emocional y físico por las agresiones propinadas, incompetencia de las autoridades judiciales y de la exposición mediática en busca de justicia, sin obtenerla y sin que se fincaran las responsabilidades en contra de los servidores públicos señalados.

Nueve meses después, Erik vuelve a ser víctima de otro atropello, del cual habló por primera vez para esta casa editorial, agentes ministeriales “lo levantan” a plena luz del día y lo tratan de inculpar de un robo cometido a pocos metros de su vivienda.

Hecho que lo obliga a mantenerse durante más de un año en exilio, fuera de su estado y lejos de su familia, su principal preocupación ante cualquier otra represalia. Y que después de todo ese trance, el premio recibido en este 2019 y la presentación de su libro vinieron a reconfortarlo.

VOX POPULI

Elegidos al azar, hombres abiertamente homosexuales y otros no tanto, quienes pidieron anonimato y cuidar su identidad, se les cuestionó su opinión sobre el cruising. Esto fue lo que respondieron:

CASO 1

  • “Hundido: depresión enmascarado de autosatisfacción”.
  • ¿Lo has practicado?
  • “No te voy a dar el número de parejas sexuales, pero obvio sí”.

CASO 2

  • “Es respetable desde mi punto de vista, cómo todas las prácticas sexuales para quien lo practica y le gusta, en lo particular no lo he practicado, y no me gustaría para nada; pero respeto a quien le produzca placer tener relaciones en lugares públicos”.
  • ¿Por qué no lo practicarías?
  • “Porque no siento atracción por el riesgo de que te vean, aparte que dejando de lado lo moral, legalmente es delito tener relaciones en un lugar público”.

CASO 3

  • “Respeto a quien le guste hacerlo, yo no lo haría porque rebasa más de la adrenalina que me gusta a mí, pero verlo en alguna página para adultos me causa morbo y me parece excitante”.
  • ¿Por qué no lo practicarías?
  • “No sé si pueda manejar tanta adrenalina”.

CASO 4

  • “De entrada es una práctica que al menos yo no realizaría, digo, se puede argumentar que el hecho de ser un lugar público aumenta la adrenalina y el morbo, pero no, definitivamente no”.
  • ¿Por qué no lo practicarías?
  • “Si no se toman las precauciones pertinentes creo eleva exponencialmente los riesgos de contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual, por bajita la mano”.

CASO 5

  • “Pues se me antoja, pero me da miedo. O sea, me da curiosidad, no sé si me animaría. Me gusta el morbo”.
  • ¿Por qué te da miedo?
  • “Por las enfermedades o que te cachen en plena actividad”.

¿QUÉ ES?

Cruising es un término en inglés que define a la actividad sexual en lugares públicos, como parques, playas, centros deportivos o zonas de tolerancia

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