Morelia, Michoacán. (OEM- Infomex).- El lago de Cutizeo, considerado el segundo más grande de México, se encuentra al borde de la extinción debido a la falta de lluvia, la grave deforestaciòn y a la descarga de aguas residuales por parte de los municipios cercanos.
Actualmente, este milenario lugar, ubicado en el municipio que lleva el mismo nombre en Michoacán, enfrenta un grave problema de sequía, ya que sólo el 10 por ciento mantiene un poco de líquido en la zona de Zinapécuaro.
En entrevista exclusiva, el presidente municipal de Cuitzeo, Fernando Alvarado Rangel, consideró que hace falta la responsabilidad de la ciudadanía y autoridades de los diferentes gobiernos para rescatar los 306 kilómetros cuadrados con los que cuenta este cuerpo de agua.
Durante una visita por el municipio ubicado a 40 minutos de la capital del estado, Alvarado Rangel señaló que los pescadores, artesanos y restauranteros han sido los más afectados con la sequía, lo que los ha orillado a cambiar de oficio e incluso a buscar trabajo en los municipios cercanos como Morelia.
Invaden el lago
Sin detallar números, Alvarado Rangel informó que se han perdido algunas zonas del lago, ya que habitantes han invadido el terreno seco para construir casas e incluso sembrar maíz, por lo que se han interpuesto seis denuncias ante las autoridades correspondientes.
Especificó que al ser un área federal, al municipio no les corresponde otorgar ningún tipo de licencia de construcción ni actuar al respecto, ya que el responsable es directamente la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Como municipio, precisó que se tiene detectado el barrio de los Cerritos como invasor del lago, habitado por hasta dos mil personas, quienes se siguen expandiendo, poniendo en riesgo a las familias, ya que no es una zona apta para construir.
Puede interesarte: Oscar Hernández, el brigadista zamorano que apaga incendios en Canadá
Fernando Alvarado destac
Este problema lo tiene focalizado en localidades como Mariano, San Agustín, Cuitzeo, Epifanío C. Pérez, además de Coamio y Coamio Cuaracurio, una zona para cultivar maíz.
Deforestación no para
El alcalde especificó que existe una grave reforestación del "mezquite", árbol talado por la madera durable que se aprovecha para hacer muebles, y aunque no están en peligro de extinción, el crecimiento de los árboles cayó en un 30% tan sólo en el municipio de Cutizeo, a lo que hay que agregar la tala realizada en las comunidades y municipios vecinos.
Refirió que las jornadas de reforestación no han servido, pues se realizan con una plantación de unos tres mil arbustos, pero ninguno ha sobrevivido. “La gente va, siembra, y después se olvida de cuidar el árbol”, lamenta.
Hasta el momento se han aplicado 15 multas por tala ilegal, de las cuales cuatro han sido económicas, aunque no supo precisar la cantidad en dinero, mientras que el resto han sido por reposición de árboles
Pescadores cambian de oficio
En la comunidad de Maríano Escobedo, ubicada a 20 minutos de la cabecera municipal, el 80 por ciento de su población se dedicaba a la pesca, sin embargo, ante la sequía del lago se tuvieron que cambiar de oficio, pues tienen familias que mantener.
José llevaba dedicado a la pesca 25 años, por lo que ahora que no hay agua se dedicó a realizar lápidas, con lo que ha sacado adelante a su hijo y a su esposa.
Esta actividad no sólo la realiza en su comunidad, sino que se traslada a los lugares como Morelia o Moroleón.
Desde febrero, dejó parada su lancha de nombre “La Carpa” con la que salía a pescar tilapia para vender a otras comunidades cercanas y ganar hasta 300 pesos diarios, mientras que con los trabajos que hace hoy en día se lleva hasta 150 pesos, ya que comparte jornadas con su hijo.
Desde mayo pasado, un grupo de académicos encabezados por el profesor del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (Inirena), Arturo Chacón Torres, insistieron en buscar que se emita la declaratoria de Zona de Restauración Ecológica del lago. Algunas de las propuestas son implementar programas estatales para mantener en funcionamiento las plantas tratadoras de aguas residuales municipales, promover prácticas de uso del agua eficientes, reducir el desperdicio y contaminación de agua y aumentar su conservación en el uso de servicios públicos aplicando ecotecnologías.
Y mientras eso ocurre, José no pierde la esperanza de que el lago se vuelva a llenar para tirar arriba “La Carpa”, su eterna compañera.