Morelia, Michoacán-(OEM-Infomex).- Con lágrimas en el rostro, Adriana Gallardo Robles explica que ha accedido a dar su testimonio sobre la violencia que vivió con su expareja porque tiene miedo de que le pueda pasar algo a ella o a su madre.
Originaria de Chihuahua, conoció en el Conservatorio de Música de aquella ciudad a quien terminaría siendo su novio y con el que se mudó a Morelia en el año 2019 para continuar con sus estudios musicales.
En un inicio, relata que la relación era de lo más normal, pero con el paso del tiempo se fue transformando en algo violento y de ser el amor de su vida, el miedo terminó apoderándose de ella.
"Él tuvo que ir a psiquiatría por los problemas que presentaba, pero nunca aceptó que le diagnosticaran celopatía. Los primeros signos de violencia eran las burlas de él a mi persona, luego vinieron los empujones, el aventar cosas por la casa, el acoso, revisarme el celular, limitarme la comunicación y finalmente destrozarme la cara".
La situación más grave se presentó el 17 de diciembre del año pasado, pues a través de fotografías, Adriana exhibe los moretones y las marcas que los golpes de su expareja dejaron en ella.
Atemorizada, buscó ocultar su rostro de la sociedad, pero un día se armó de valor para acudir a la Fiscalía General del Estado (FGE) para reportar lo que le había sucedido; sin embargo, acusa que no le quisieron levantar la denuncia y que terminó siendo revictimizada.
"Una señorita solamente se limitó a regañarme, yo le explicaba que no había ido en el momento de la agresión porque tenía miedo, pero ella siguió reprochándome y diciendo que lo único que podía hacer era acudir a las instancias gubernamentales que protegen a la mujer".
Este 8 de marzo, Adriana asegura que se sumará a la marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pero confiesa que lo hará con temor, pues es consciente de que su expareja sabe dónde encontrarla.